Un ictus es un problema de la circulación cerebral.

Semana del Cerebro

«El tiempo es cerebro. Las seis horas tras un ictus son vitales»

El neurólogo Javier Arnau ha sido el encargado de coordinar la celebración de la Semana del Cerebro impulsada desde el Servicio de neurología del Hospital General Universitari de Castelló

09.10.2017 | 12:20
«El tiempo es cerebro. Las seis horas tras un ictus son vitales»
 
El cerebro seguramente es el órgano más apasionante del cuerpo humano porque en él confluyen todos los factores que determinan el comportamiento de un ser, tanto a nivel físico como conductual y cuyo funcionamiento empieza a ser desvelado, aunque quedan infinidad de puertas de conocimiento que derribar. Con Javier Arnau charlamos de enfermedades neurológicas y de cómo se comporta el cerebro.
P ¿Qué es un ictus?
R Un ictus es un problema de la circulación cerebral. Realmente es un conjunto de síntomas y después presenta diversas formas. Un ictus puede ser hemorrágico, cuando hay un sangrado porque una vena se rompe; o una oclusión, en la que se cierra una arteria por una arteriosclerosis o una embolia cardiaca.
P ¿Y qué tratamiento recibe?
R En estos casos, cuando hay una arteria que está cerrada, se intenta abrir esa arteria. La primera línea de tratamiento es aplicar una medicación intravenosa y si eso no funciona bien, en la Comunidad Valenciana tenemos el Plan Ictus, que tras derivar el paciente a València para hacer un cateterismo por una arteria del brazo o de la pierna y a través de un catéter extraer mecánicamente aquello que ocluye la arteria. Aquí el problema realmente es el tiempo. El tiempo es cerebro. Si el tiempo en el que la arteria ha estado cerrada ha sido suficiente, el tejido que recibe sangre de esa arteria es irrecuperable. Pero si lo atendemos de manera rápida, ese tejido o ese paciente puede recuperarse.
P Con los daños en el tejido, ¿qué funciones se pierden?
R A veces afecta a la movilidad, pero también al lenguaje, a la visión. Nos llegó esta semana un paciente a urgencias que tras levantarse de la siesta pierde parcialmente la visión, no puede tenerse en pie...llegó a urgencias, descartamos que se tratara de una hemorragia y le dimos la medicación. No fue una respuesta espectacular, aunque mejoró un poco. A la mañana siguiente el brazo mejoró mucho, la pierna un poco menos, pero es probable que ese paciente con rehabilitación pueda mejorar la discapacidad, que siempre tendrá un poco, pero sin la medicación y la atención rápida hubiera sido peor.
P ¿También se aplica en el ictus la máxima de la ´hora de oro´?
R Los dos tipos de tratamiento se pueden hacer durante las seis primeras horas. Después no hay nada que hacer. Es importante divulgar y son interesantes en este caso este tipo de jornadas como la Semana del Cerebro, en las que quiero agradecer al Ayuntamiento de Castelló y al Museu de Belles Arts la disponibilidad de espacios para la divulgación.
P ¿Cómo podemos, entonces, detectar un ictus?
R Los síntomas de alarma más son la pérdida de sensibilidad, la pérdida de fuerza, sobre todo en una parte del cuerpo, la pérdida del habla; aunque hay veces que por el tipo de ictus o la zona en la que afecta y la forma en la que se manifiesta no es tan sencillo reconocerlo. Pero, una persona que, de repente, pierda la fuerza en un lado del cuerpo, en un brazo o en una pierna, y no puede moverse, hay que ir al Hospital General corriendo o llamar al 112.
P En una de las conferencias se refirió a personajes históricos con enfermedades neurológicas.
R Sí; en la Llotja del Cànem explicamos un caso clínico y utilizamos el ejemplo de Julio César, del que se decía que era epiléptico. aunque los registros son de hace mucho tiempo y no son muy fiables, parece que tuvo alguna enfermedad que podría especulares que fuera una epilepsia. Hablamos también de Hitler, que sufrió una enfermedad Parkinson, Lenin, que tuvo diversos infartos cerebrales y del caso de Adolfo Suárez, que padeció Alzheimer.


P En este caso, ¿qué le pasa al cerebro para tener ataques epilépticos?
R Lo que sucede en el cerebro es una hiperactividad. Las neuronas hacen descargas eléctricas para comunicarse entre ellas. De repente, por un motivo o por diversos motivos, se puede hacer una descarga generalizada que se propaga por el cerebro y es aberrante y produce los síntomas de la epilepsia, que pueden ser la convulsión generalizada que conocemos, o puede afectar al área motora de un lado y generar repeticiones continuas de patrones en la mano, o una sacudida en un brazo...
P Volviendo al ictus, ¿qué terapias o rehabilitaciones se hacen?
R Si hay secuelas, se inicia una rehabilitación sobretodo a nivel motor. La Unidad de Daño Cerebral en el Hospital de la Magdalena trabaja con rehabilitación con buenos resultados. 


P Pero, tras una rehabilitación, ¿qué se recupera, el tejido dañado o es el cerebro el que aprende desde otra parte?
R Es difícil de afirmar. Sí que es cierto que el cerebro, cuando empieza a sufrir la falta de sangre, de alguna manera se pone en hibernación, para no consumir tanto. A veces, eso tarda un tiempo en volver a funcionar de manera normal. Otras veces, se trata de que otras partes del cerebro acaban realizando la función dañada, aunque depende de las estructuras afectadas.
P ¿Puede explicar el hecho de que el cerebro no siente dolor?
R No hay terminaciones sensitivas en el cerebro. Alrededor del cerebro hay una estructura, el cráneo, y la piel que lo rodea ya tiene sensibilidad; por lo que biológicamente no tiene sentido que el cerebro tenga esa sensibilidad. Aunque es complejo, porque el dolor, al final, no es nada. No existe. El dolor es la información que recibe el cerebro de un estímulo. No existen receptores del dolor, sino receptores de presión, de temperatura... y el dolor es la interpretación que da el cerebro de lo que está sintiendo. 


P ¿Qué es una cefalea?
R Así como la pérdida de memoria no quiere decir que tengamos Alzheimer, la cefalea es un síntoma. Puede tener muchos tipos, como una cefalea de inicio brusco, que se acompaña de vómitos o náuseas, puede ser una hemorragia cerebral. Después existen las cefaleas propiamente dichas, como la migraña, que son un dolor de cabeza, sin lesiones en el cerebro, pero que son muy discapacitantes y desesperante para los pacientes.
P ¿Qué sucede con la enfermedad de Alzheimer?
R Muchos pacientes sufren una involución. Como los recuerdos antiguos son los que permanecen, insisten a veces en volver a sus casas de pequeños, llaman a sus hijos mamá...la pérdida de memoria genera desorientación y ello lleva a problemas de conducta. Por ello es importante contar con las asociaciones para explicar qué es el Alzheimer y qué situaciones se pueden generar. 


P ¿Qué afección conlleva el Parkinson?
R Se disfuncionan las estructuras profundas del cerebro que coordinan y precisan los movimientos. Lo que hemos detectado es que hay un defecto de dopamina, que es una de las sustancias que utilizan las neuronas para comunicarse. ¿Por qué mueren las neuronas por falta dopamina? No lo sabemos, pero eso sucede. Lo que produce es un movimiento aberrante, en lo que lo más discapacitante es la lentitud, con pasos muy pequeños sin levantar el pie y con los pies detrás, movimientos lentos al juntar el índice y el pulgar, una cara inexpresiva o actitud encorvada, entre otros. 


P ¿Pero existe medicación?
R La realidad de la enfermedad hoy en día es que hay fármacos muy eficaces. Como sabemos que el defecto era la dopamina, se puede suministrar por vía oral. Durante los primeros años de la enfermedad existe lo que denominamos ´la luna de miel´. Los fármacos son muy buenos, hacen mucho efecto. Pero con el tiempo, el cerebro pierde la capacidad de administrar la dopamina que recibe y los efectos se acortan.

Nobel de Medicina para los descubridores del reloj interno

Jeffrey C Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young

Los estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young desentrañaron los mecanismos del ritmo circadiano
La mayoría de las criaturas vivas sobre la Tierra, incluidos los seres humanos, están adaptadas a la rotación del planeta gracias a un reloj biológico interno que marca, por ejemplo, los patrones de sueño y el metabolismo. Durante muchos años, los científicos han sabido de la existencia de esos ritmos circadianos, pero fueron los estadounidenses Jeffrey C. Hall (Nueva York, 1945), Michael Rosbash (Kansas, 1944) y Michael W. Young (Miami, 1949) quienes en los años 80 desentrañaron cómo se da cuerda a ese reloj realmente. Es decir, cuáles son los mecanismos moleculares que lo controlan, hallazgos que este lunes han sido reconocidos por el Instituto Karolinska de Estocolmo con el Premio Nobel de Medicina 2017.
La primera pista de la existencia de este reloj biológico la obtuvo el astrónomo Jean Jacques d'Ortous de Mairan en el siglo XVIII mientras estudiaba unas plantas de mimosa, cuyas hojas se abren hacia el Sol durante el día y se cierran al anochecer. Cuando colocó las plantas en una oscuridad constante, descubrió que, independientemente de la luz solar, las hojas seguían su oscilación diaria. Respondían a unas manecillas invisibles.

Otros investigadores encontraron que no solo las plantas, sino también los animales y los seres humanos se adaptan a las fluctuaciones del día, lo que se conoce como ritmo circadiano. Pero cómo funcionaba esa adaptación tan importante seguía siendo un misterio. En los 70, investigadores demostraron que las mutaciones en un gen desconocido interrumpían el reloj circadiano de las moscas. Unos años más tarde Hall y Rosbash, que entonces colaboraban en la Universidad Brandeis de Boston, y Young, de la Rockefeller de Nueva York conseguían la clave de cómo funcionaba ese proceso. Tres laureados que son amigos entre sí y que han recibido conjuntamente media docena de premios.

Utilizando también humildes moscas de la fruta como organismo modelo, los investigadores aislaron un gen que controla el ritmo biológico en función de los ciclos de 24 horas de noche y día. Mostraron que este gen codifica una proteína que se acumula en la célula durante la noche, y luego se degrada durante el día. Posteriormente, identificaron componentes proteínicos adicionales de esa maquinaria, de forma que fueron capaces de reconocer el mecanismo que gobierna esa especie de relojería dentro de la célula. Gracias a eso, los científicos saben ahora que los relojes biológicos funcionan por los mismos principios en células de otros organismos multicelulares, lo que nos incluye a nosotros mismos.

El causante del «jet lag»

«Con exquisita precisión, nuestro reloj interno adapta nuestra fisiología a las fases radicalmente diferentes del día. El reloj regula las funciones críticas, como el comportamiento, los niveles hormonales, el sueño, la temperatura corporal y el metabolismo», explican desde el Instituto Karolinska. De esta forma, nuestro bienestar se ve afectado cuando hay un desajuste temporal entre nuestro entorno externo y el reloj biológico interno, por ejemplo cuando viajamos a través de varias zonas horarias y experimentamos el tan temido y pesado «jet lag», trastornos similares a los que provoca el trabajo por turnos.
El reloj circadiano anticipa y adapta nuestra fisiología a las diferentes fases del día
El reloj circadiano anticipa y adapta nuestra fisiología a las diferentes fases del día- The Nobel Prize
También hay indicios de que el desajuste crónico entre nuestro estilo de vida y el ritmo dictado por nuestro cronómetro interno se asocia con un mayor riesgo de sufrir varias enfermedades como la diabetes, problemas de salud mental e incluso algunos tipos de cáncer y posibles alteraciones de la función cerebral. Una de las últimas investigaciones al respecto, de la Universidad Northwestern (Illinois), señala que nuestro reloj interno es capaz de marcar cómo y cuándo el páncreas debe producir insulina y controlar el azúcar en la sangre. Algunas farmacéuticas incluso experimentan con medicinas capaces de restaurar el ritmo correcto en aquellas personas que, por su forma de vida, están expuestas a desórdenes de este tipo.
La dotación del Nobel de Medicina es de 9 millones de coronas suecas (943.784 euros), a repartir entre los galardonados, después de que este año la fundación aumentara el monto de las distinciones Nobel por primera vez en cinco años. El pasado año, el premio de Medicina fue otorgado al japonés Yoshinori Ohsumi«por sus descubrimientos en la autofagia», un procedimiento para degradar y reciclar componentes celulares. Al anuncio del Nobel de Medicina le seguirán el de Física el martes y el de Química el miércoles, mientras que el jueves se anunciará el de Literatura, el viernes el de la Paz y el próximo lunes el de Economía.