Un buen desayuno con la tortilla palmeriana.

Tortilla Palmeriana. 2 huevos, pan con sésamo, mantequeilla y pijpas de girasol. Sin sal.
Las pipas de girasol se puieden poner gruda o tostadas.
Esta mañana he inventado una torilla que está muy buena para desayunar.
Ramón Palmeral. pintor

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Propiedades nutricionales del huevo

Las filosofías más vitalistas nos incitan a consumir alimentos que tengan en sí la capacidad de generar vida, como los granos de cereal, por ejemplo, que se plantan en la tierra y crecen. En este sentido, el huevo también tiene la capacidad de generar vida y quizá por ello se trate de un alimento con una serie de nutrientes extremadamente concentrados en un alimento relativamente pequeño.
El huevo tiene una serie de características nutricionales que vale la pena analizar de cerca:

Beneficios del huevo

    • Densidad nutritiva

      Comparado con otros alimentos proteínicos, como la carne o el pescado, el huevo aporta una concentración excepcional de nutrientes y un valor energético muy elevado, algo especialmente indicado en personas desnutridas o con necesidades extraordinarias de nutrientes (niños, deportistas).
    • Embarazadas y niños

      El huevo es uno de los alimentos más ricos en colina, un nutriente hidrosoluble agrupado en las vitaminas del grupo B, esencial para el desarrollo de las estructuras y del sistema nervioso del feto. Una deficiencia en este nutriente puede desencadenar, de manera general y en todo tipo de personas, daños en el hígado y en los músculos, además de estar relacionado con el desarrollo de cáncer.
    • Antioxidante

      Numerosas evidencias científicas demuestran que el huevo contiene una serie de componentes (algunas vitaminas y carotenos) con una importante actividad biológica antioxidante.

Sandía con lima, sal y chile

La primera vez que probé la sandía con lima, sal y chile, aconsejada por una amiga mexicana, un nuevo universo se abrió ante mis ojos. Esa mezcla de dulce, salado y ácido iba a marcar un antes y un después en mi vida, como bien saben todos los invitados a los que se la he servido como postre, merienda o picoteo de medianoche 
En un momento en el que sandía ha alcanzado su punto óptimo de consumo, utilizarla en tantas recetas como sea posible no solo es aconsejable sino casi mandatorio, y así es como se me ocurrió convertir esta imbatible combinación en un polo, paleta o como queráis llamarle.
Además, para hacerlas no necesitas ni molde, ni licuadora, batidora o prácticamente nada más aparte de los cuatro ingredientes que se mencionan en el título de la receta, un rallador y un cuchillo (y un congelador, claro, que siempre va bien para eso de congelar cosas). Un palito de madera como soporte se agradece, pero si no tienes uno a mano puedes usar un tenedor de postre, el mango de una cucharilla de café o algunas brochetas clavadas muy cerca para que el peso quede repartido y no se rompan.
Por eso son perfectas para ese momento del año llamado vacaciones, cuando tu ajuar culinario suele estar a kilómetros de ti y tienes que subsistir con una sartén rallada, una espumadera medio quemada y un escurridor que, por el tamaño que tiene y el plastiquete con el que se ha fabricado, debe haber salido por lo menos de la factoría Playmobil.
El único truco para que salgan bien es escoger una sandía muy carnosa (si está medio hueca se desmontará en cuanto salga del congelador), no cortarla en rodajas finas y ponerla en una bolsa de zip para que el frío no la queme. La velocidad con la que la sirvamos también será crucial, y poner al alcance de quien la vaya a tomar un extra de aderezos por si quiere ponerle más mandanga no es obligatorio, pero sí aconsejable.
Ingredientes
Para 4 paletas
  • 4 trozos grandes del centro de la sandía, cortados con la base cuadrada o en rombo
  • Sal
  • 2 limas
  • Chile en polvo
  • Para sostenerlas: palitos de madera para polos