La diabete tipo 2.


La diabetes tipo 2 es una enfermedad causada por la incapacidad del organismo de producir cantidades suficientes de insulina o de utilizar esta hormona de una forma ‘adecuada’, lo que provoca que la sangre porte un exceso de glucosa que, a la larga, acaba dañando múltiples órganos de todo el cuerpo. Una enfermedad que padecen cerca de 400 millones de personas en todo el mundo y cuyo desarrollo, tal y como han demostrado infinidad de estudios, se encuentra directamente asociado a la obesidad. De ahí que la prevalencia de la diabetes no parece de crecer y que, con aras de evitar su aparición, debamos adoptar un estilo de vida saludable, básicamente seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Sin embargo, es posible que nuestros amigos y conocidos, o lo que es lo mismo, nuestras ‘redes sociales’ –personales, que no tanto digitales–, también tengan mucho que ver. Y es que como muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), el aislamiento social aumenta, y mucho, el riesgo de acabar padeciendo esta enfermedad –sobre todo en el caso de los varones.
Como explica Stephanie Brinkhues, directora de esta investigación publicada en la revista «BMC Public Health», «nuestro trabajo es el primero en establecer una asociación entre un amplio rango de características de las redes sociales –caso del apoyo social, del tamaño de la red o del tipo de relaciones– y los distintos estadios de la diabetes. Además, nuestros resultados corroboran la idea de que acabar con el aislamiento social podría ayudar a prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2».

Qué es la ansiedad, y sus síntomas. Situaciones ansiogéncias.

Respuesta:
Provocan ansiedad aquéllas situaciones que pueden tener consecuencias amenazantes para el individuo. La reacción de ansiedad es una reacción de alarma ante un peligro potencial. Se han hecho diferentes clasificaciones sobre tipos de situaciones ansiógenas (que producen ansiedad), pero podemos incluir como situaciones susceptibles de producir ansiedad (aunque no la producen con la misma intensidad en todos los individuos), las siguientes:
  • situaciones de peligro físico (en las que peligra la supervivencia o la integridad del individuo), 
  • situaciones de evaluación (en las que el sujeto se siente evaluado y el resultado de esta evaluación puede arrojar un saldo positivo o negativo), 
  • situaciones de amenaza interpersonal o social (situaciones más cara-a-cara que las anteriores), 
  • situaciones en las que se encuentran elementos fóbicos (viajar en avión, inyecciones, sangre, tratamiento dental, so meterse a un operación,  animales inofensivos, aglomeraciones, espacios cerrados, aguas profundas, miedo al postoperatorio, etc.), 
  • situaciones ambiguas o novedosas (desconocidas para el individuo, sobre las que no tiene experiencia, conferencias o hablar en público),  Exposición de tu prestigio.
  • situaciones en las que el individuo percibe una pérdida de control (pérdida de control sobre los resultados, sobre su ansiedad, sobre su conducta, sobre lo que puede pasar en un viaje o en el futuro, etc.) 
  • ero cualquier situación cotidiana (como intentar dormirse, trabajar, estudiar, etc.) puede ser una situación ansiógena, si el individuo está pensando en cosas amenazantes, o que pueden tener consecuencias negativas para sus intereses. 
  • No se puede hacer lo que no se desea. 
 Síntomas físicos durante un ataque de pánico, como latido fuerte o rápido del corazón, sudor excesivo, escalofríos, temblores, problemas respiratorios, debilidad o mareos, hormigueo o entumecimiento de las manos, dolor en el pecho, dolor de estómago y náuseas.

Se controlan respirando lentamente, para que no los pulmones tengasn aire suficiente.

Depresión, la tristeza patológica que roba el placer de vivir


Los expertos señalan la importancia de animar al paciente y planificar actividades que refuercen su autoconfianza

13.05.2014 | 15:25
La depresión, cada vez más frecuente.
La depresión, esa tristeza antinatural que despoja de la alegría de vivir. Pilar Saiz, profesora titular de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, detalla los pormenores de esta enfermedad, cuya prevalencia en mujeres duplica, e incluso triplica, la de los varones.
¿Qué es la depresión? Bajo el nombre de 'trastornos del humor' se incluyen una serie de cuadros clínicos bien definidos entre los que figuran los trastornos depresivos. Tienen una serie de manifestaciones comunes y generalmente se distinguen entre sí en función de su curso o evolución clínica, más que por los síntomas.
¿Leve o grave? La depresión puede a llegar a ser una enfermedad grave y discapacitante. Es una de las enfermedades del sistema nervioso central más frecuente y que más costes indirectos genera.
Prevalencia. Aproximadamente, el riesgo de desarrollar depresión mayor a lo largo de la vida es del 7-12 por ciento en hombres, y del 20-25 por ciento en mujeres, con unas prevalencias mensuales en las consultas de atención primaria en torno al 5-10 por ciento del total de consultas realizadas. Una observación casi universal, e independiente del país o la cultura, es que el trastorno depresivo es el doble de frecuente en mujeres que en hombres. Se ha postulado que esto podría deberse a diferencias hormonales, efectos de la maternidad o distintos factores de estrés psicosocial en mujeres que en hombres.

Síntomas. El más frecuente es la tristeza. Otro síntoma fundamental es la anhedonia o pérdida de interés o placer por las ocupaciones habitualmente gozosas de la vida. El paciente pierde la "gracia" y la capacidad de disfrutar de las cosas que habitualmente le apetecía hacer. No reacciona de forma habitual a los estímulos externos, y está en un estado de aparente apatía, desinterés o indiferencia. En otras ocasiones se observa un incremento en la reactividad emocional: el paciente se muestra hipersensible ante estímulos externos, con irritabilidad, labilidad emocional o excesiva sensibilidad frente a acontecimientos habituales.
Pérdida de vitalidad. El tercer síntoma cardinal, junto con la tristeza y la anhedonia, es una pérdida de vitalidad o energía que dificulta severamente realizar una actividad laboral como consecuencia de la reducción de la capacidad de atención y concentración. Otros síntomas frecuentes son la alteración del apetito, la pérdida de autoestima, el insomnio o somnolencia excesiva, el pesimismo o la disminución del apetito sexual. También pueden asociarse síntomas somáticos que, en ocasiones, pueden dificultar el diagnóstico del cuadro, tales como cefaleas, dolores abdominales inespecíficos o dolores osteomusculares.



Distinta de la tristeza. La depresión debe ser diferenciada de la «tristeza» normal, que es un sentimiento inherente a la condición humana y que surge de las relaciones de las personas con el medio que las rodea ante situaciones de pérdida o frustración. También debe ser diferenciada de las «reacciones de duelo» que acontecen tras la pérdida de un ser querido y que normalmente tiene una duración autolimitada y previsible en pocos meses. Asimismo, hay que tener presente que pueden existir una serie de enfermedades físicas capaces de generar síntomas depresivos relevantes. Es necesario descartar su presencia y proceder a su adecuado tratamiento si se detectaran. Por otra parte, existen determinados fármacos que pueden facilitar su aparición: los antihipertensivos y los corticosteroides son los más documentados en este sentido.
Tratamientos. Existe tratamiento psicofarmacológico altamente eficaz y seguro. Se dispone de distintos tipos de antidepresivos que pueden ser utilizados según las características sintomatológicas y el nivel de gravedad. Es muy importante que los enfermos entiendan que estos fármacos suelen tardar dos o tres semanas en comenzar a ser efectivos y que, una vez conseguida la remisión de los síntomas, es aconsejable mantener el mismo tratamiento al menos unos seis meses para evitar reaparición de síntomas y recaídas. Los fármacos antidepresivos no producen tolerancia ni dependencia. En consecuencia, no son susceptibles de abuso en su consumo.
Ojo con las benzodiacepinas. En ocasiones, el paciente puede recibir en su terapia benzodiacepinas, al menos durante el tiempo inicial en el que el antidepresivo comienza a ser efectivo. Las benzodiacepinas producen sólo un alivio inmediato y no curan la depresión. Además, su uso continuado genera tolerancia y dependencia, con lo cual el paciente cada vez necesita más dosis para conseguir el mismo nivel de alivio. Además, puede resultarle muy difícil prescindir de su toma. Por eso sólo se recomienda un uso lo más limitado posible de las mismas y durante períodos de tiempo controlados, procediéndose después a una retirada gradual y progresiva. También existen modalidades psicoterapéuticas de tipo cognitivo conductual que pueden servir de ayuda al tratamiento de base que es de tipo farmacológico.
Cuando el problema se cronifica. En uno de cada cinco casos, la depresión puede tender a cronificarse. Entre los factores asociados a una depresión crónica cabe destacar los siguientes: persistencia de factores de estrés sociales o ambientales, comorbilidad con otros trastornos (ansiedad, consumo de sustancias...), resistencia a los tratamientos habituales, edad elevada...
Una de las complicaciones más importantes de la depresión es el riesgo de suicidio: está presente en aproximadamente el 15 por ciento de las personas que padecen depresión. El 60-70 por ciento de los suicidios ocurren en personas que sufren depresión.


Alteraciones del pensamiento: imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El pensamiento sigue un curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente. Las nocias externas le preocupan. Le le preocupa todo y se senbiliza en exceso.
  ¿Atención primaria o especializada? El tratamiento de la depresión puede realizarse de modo totalmente adecuado desde las consultas de asistencia primaria. No obstante, puede ser adecuada la consulta a un especialista cuando se dan determinadas circunstancias, tales como la existencia de elevado riesgo de suicidio o de síntomas psicóticos, o también si la enfermedad persiste a pesar de haber realizado un abordaje terapéutico con fármacos antidepresivos, a dosis adecuada y durante un tiempo adecuado.
Recomendaciones para la batalla. Hay una serie de consejos que pueden ser de gran utilidad tanto para el paciente como para su familia. Por ejemplo, que la depresión no es un signo de dejadez o pereza: los pacientes se esfuerzan todo lo que pueden, pero en las fases más agudas de la enfermedad «no pueden». Por otro lado, resulta útil la planificación de actividades a corto plazo que tengan como finalidad la diversión o afianzar la autoconfianza. Es importante animar al paciente a resistirse al pesimismo y a la autocrítica negativa, y no actuar bajo ideas pesimistas. Conviene evitar la adopción de decisiones importantes en los momentos álgidos de la enfermedad. También puede ser adecuado que el paciente trate de identificar problemas de la vida diaria y situaciones de estrés que puedan influirle de modo negativo. Después de la mejoría, es importante vigilar posibles signos de recaída y planificar con el paciente como abordar la posibilidad de aparición de nuevos episodios.

Cómo elegir la mejor marca de aceite de oliva virgen extra

Cómo elegir la mejor marca de aceite de oliva virgen

Consume aceite virgen extra: es más sano, está más rico y no es mucho más caro
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No te fijes en el color de un aceite de oliva para medir su calidad. Fíjate en su aroma y en su sabor. FOTO: © Luis Carlos Jiménez - www.photaki.es

21/06/2013 por: Jaime Hoyos Miller
Virgen extra, virgen y corriente, los tres tipos de aceite de oliva virgen. Este ingrediente básico de la cocina mediterránea lleva tus platos al siguiente nivel. También tiene muchos beneficios para la salud. Te adelantamos uno: consumirlo con frecuencia puede llegar a reducir en un 40% las posibilidades de sufrir un infarto. ¿En qué debes fijarte para comprar una marca u otra? En el sabor. No te fijes en el precio. Si compras pensando en tu bolsillo perderás calidad y sólo ahorrarás unos poco euros. En este practicograma te damos las claves para elegir la mejor marca de aceite de oliva virgen.

  • 1 Virgen extra, virgen y corriente.
    El aceite de oliva virgen es el zumo de la aceituna. Se obtiene de forma mecánica, colocando la oliva en una prensa que la aplasta y extrae su jugo. Si el aceite no se obtiene a través de este proceso artesanal no se puede considerar virgen.
    Hay tres modalidades de aceite de oliva virgen:
    -Aceite de oliva virgen extra (calidad superior).
    -Aceite de oliva virgen (calidad media).
    -Aceite de oliva virgen corriente (calidad inferior).
    El virgen extra es el aceite de oliva virgen de mayor calidad: es más sano y su sabor es mejor. También es el más caro, aunque la diferencia de precio no es muy grande. La calidad del aceite de oliva depende de la calidad de la aceituna y de la rapidez del proceso de elaboración.
  • 2 No busques ahorro, busca calidad: compra virgen extra.
    Vas al supermercado en busca de aceite de oliva. No te fijes en el precio, fíjate en la calidad. Sí, has leído bien: no te fijes en el precio. Compra virgen extra, te lo recomendamos por tres razones:
    -Su sabor es superior.
    -El precio medio del litro de aceite de oliva virgen extra es 3,31 euros. El coste aproximado del litro de aceite de oliva virgen es de 2,38 euros. Si compras un aceite de menor calidad ahorrarás menos de 1 euro por litro.
    -El virgen extra es mucho más sano que el resto de aceites de oliva.
  • 3 Las mejores marcas según la OCU…
    Paso 3La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio para encontrar la mejor marca de aceite de oliva virgen extra. Analizó la calidad y la composición de 40 aceites diferentes: 34 marcas de virgen extra y 6 de aceite virgen. Estos son, según la OCU, los mejores aceites de oliva virgen extra:
    -Aceite de oliva virgen extra Oleoestepa (3,35 euros el litro).
    -Aceite virgen extra Ybarra ‘Gran Selección Afrutado’ (4,53 euros el litro).
    -Aceite virgen extra Hacendado (2,76 euros el litro).
    -Aceite virgen extra Dintel ‘Selección Especial’ (2,75 euros el litro).
    -Aceite de oliva virgen extra El Corte Inglés (2,9 euros el litro)
  • 4 …y las de calidad media.
    Paso 4La OCU identifica en su estudio otras marcas de aceite de oliva virgen extra de calidad media. Si las compras estarás pagando por una calidad que luego no vas a consumir. A continuación te mostramos cinco (si quieres conocerlas todas consulta el estudio completo):
    -Aceite de oliva virgen extra Señorío de Segura (4,94 euros el litro).
    -Aceite de oliva virgen extra Carrefour (2,73 euros el litro).
    -Aceite de oliva virgen extra Supersol (2,84 euros el litro).
    -Aceite de oliva virgen extra Hojiblanca (4,25 euros el litro).
    -Aceite de oliva virgen extra Koipe (3,15 euros el litro).
  • 5 No compres estas marcas: te engañan.
    Paso 5“Hay algunos aceites de oliva que se venden como virgen extra pero que en realidad no lo son”, explica Gemma Trigueros, experta en alimentación de la OCU. “No son malos ni peligrosos, pero no son virgen extra. El consumidor recibe una calidad inferior a la que paga”.
    Si quieres consumir aceite de oliva virgen extra la OCU te recomienda que no compres estas marcas (se venden como virgen extra, pero no lo son):
    -Aceite de oliva Aliada (2,75 euros el litro).
    -Aceite de oliva Oli Sone (3,44 euros el litro).
    -Aceite de oliva Condis (2,89 euros el litro).
    -Aceite de oliva Arteoliva (3,8 euros el litro).
    -Aceite de oliva Consum (2,75 euros el litro).
    -Aceite de oliva Ybarra (2,96 euros el litro).
    -Aceite de oliva Coosur (3,29 euros el litro.
    -Aceite de oliva Hojiblanca (3,16 euros).
    -Aceite de oliva Eroski (2,78 euros).
  • 6 Valora la calidad del aceite tú mismo en casa.
    “Lo más importante del aceite de oliva virgen extra es su sabor”. Así de claro se muestra José María, profesional del sector del aceite que colabora en la web Aceitedeoliva.net. Aquí el sabor es sinónimo de calidad.
    Para apreciar bien el gusto de un aceite lo mejor es que hagas una cata en tu casa. Toma una cucharada sopera de un virgen extra y mastícalo de forma lenta y suave hasta que tu lengua se empape bien. “Un sabor afrutado, amargo y un poco picante es señal de un buen aceite hecho con una aceituna sana”, explica José María. Añade que “un aceite rancio, oxidado, plano y apagado es un mal aceite”.
    No te fijes en el color. “Es lo que menos importa”, señala J.M. “Las catas se hacen en vasos azules para que el catador no se fije en el color del aceite de oliva”. La tonalidad de un virgen extra no está relacionado con su calidad, sino con el mes en el que se ha recogido la aceituna.
  • 7 Para aliñar y para freír.
    Aliña tus ensaladas y tus platos con aceite de oliva virgen extra. “Hasta el plato más sencillo consigue un sabor exquisito” explica José Carlos Prado, director del Hotel Villamadrid y del restaurante La Pirámide. “Nosotros siempre usamos virgen extra en nuestras cocinas, es un producto de primera categoría”.
    También puedes usar el aceite de oliva virgen extra para freír. Prado explica que “cada vez se usa más en frituras debido a que es más sano, aromático y gustoso que los aceites vegetales”. Pero además de ganar en salud, si cocinas con virgen extra ganas dinero. “Si el aceite no ha quedado deteriorado en la primera fritura se puede reutilizar” comenta José Carlos. “Para ello hay que colarlo después de cocinar usando un papel o una gasa”.
    Adereza o cocina tus platos con virgen extra todos los días. Para llevar una dieta sana y equilibrada debes consumir aceite de oliva entre 3 y 6 veces a diario (‘Guía de la alimentación saludable’, Sociedad Española de Nutrición comunitaria).
  • 8 Aceite de oliva virgen extra, más sano.
    El aceite de oliva virgen es bueno para la salud. Consumirlo con frecuencia reduce las posibilidades de sufrir un accidente cardiovascular. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Burdeos, en Francia, puso a prueba los beneficios de este producto. La investigación siguió de cerca la salud de 7.625 franceses mayores de 65 años. Los que más lo consumían tenían un 41% de posibilidades menos de sufrir un infarto (‘Cómo elegir un buen aceite de oliva’, Vida y Salud).
    El aceite de oliva es bueno para la salud por su alto contenido en grasas monoinsaturadas y polifenoles, que reducen el nivel de colesterol malo y aumentan el bueno. Cuanto más virgen sea el aceite mayor es la concentración de estas sustancias. Es decir: el aceite de oliva virgen extra es el más sano de todos.
    Pero el virgen extra tiene más beneficios. Te recomendamos que consultes la lista que publica la Fundación Española del Corazón.
  • 9 ¿Quieres más información?
    Para saber más te recomendamos que entres en la sección 'Nutrición', dentro de la categoría 'Salud', y en la sección 'Ahorro', dentro de la categoría 'Finanzas personales'.
    También te recomendamos que consultes los siguientes reportajes:
    -'Cómo elegir el supermercado que más te interesa'.
    -'Cómo elegir las mejores marcas de leche entera'.
  • Las 10 claves de la dieta para bajar los riesgos de cáncer

    Las 10 claves de la dieta para bajar los riesgos de cáncer

    Hay que evitar también el estrés y el tabaco. La sobrecocción o la fritura de las carnes, los nitritos que se agregan a los fiambres, los ahumados, las grasas y el alcohol tienen efectos negativos. En cambio, hace bien consumir frutas, verduras y fibras.



    Las 10 claves de la dieta para bajar los riesgos de cáncer
    Foto: Getty Nutrición
    En los últimos años, la medicina empezó a poner el foco en la relación entre la obesidad y el cáncer. Y, también, a estudiar cómo los alimentos pueden tener una incidencia en el desarrollo de la enfermedad. Del mismo modo, los científicos han descubierto que otros tantos tienen una función “protectora” contra el cáncer, como las frutas y las verduras.
    Según un informe que se presentó en Santiago de Chile, en el último Congreso Latinoamericano de Nutrición, el 35% de las muertes por cáncer en general se pueden atribuir a la dieta, así como el 90% de los efectos preventivos en el cáncer colorrectal.
    Si bien los especialistas evitan hablar de una “dieta anticáncer”, reconocen que podemos hacer mucho para prevenir la enfermedad con lo que nos llevamos a la boca, sin descuidar, claro, los otros factores de riesgo. Aquí, las diez claves para tener la alimentación como una aliada para reducir la probabilidad de tumores.
    1) Comer pocas grasas. En el último congreso de la Sociedad Europea de Oncología se presentó una investigación que mostró que, en sólo un año, más de 124.000 personas desarrollaron la enfermedad en ese continente por tener kilos de más. Y una de las causas del sobrepeso es el consumo excesivo de grasas. “La obesidad genera desórdenes metabólicos relacionados con hormonas que participan en el desarrollo de varios tipos de cáncer, como el de estómago, esófago y mama”, dice José Lastiri, oncólogo del Hospital Italiano y secretario de la Asociación Argentina de Oncología Clínica. Por eso, una alimentación saludable es clave.
    2) Reducir el consumo de azúcar. Los azúcares refinados no están directamente relacionados con el riesgo de cáncer, pero sí con la obesidad. “Además, funcionan como el ‘combustible’ en el proceso de crecimiento de las células tumorales”, sintetiza el ginecólogo y patólogo Horacio Limongelli, coordinador del Programa Educacional sobre el Cáncer, formado por un grupo de médicos que dan charlas sobre prevención a la comunidad. La recomendación es preferir los azúcares naturales (como los de las frutas), limitar las bebidas gaseosas y comer postres o dulces sólo un par de veces por semana, y en porciones pequeñas.
    3) No excederse con las carnes rojas. De nuevo, no tiene un riesgo en sí misma, pero si se consume mucha, con grasa y demasiado cocida, no es saludable. Cuando se comen carnes rojas, hay que elegir cortes magros y eliminar la grasa visible. “La dieta de los argentinos tiene mucha carne roja. Hay que incorporar más pescado, que es rico en ácidos grasos omega 3 y 9”, sugiere Limongelli. Marcela Leal, directora de la carrera de Nutrición de la Universidad Maimónides, indica que lo recomendado es consumir tres veces por semana pescado, dos veces por semana y sólo una carne vacuna, en lo posible al horno o hervido.  No freir ni asar la carne a la parrilla.
    4) El método de cocción. Cuando los alimentos se cocinan a temperaturas altas sobre una llama abierta, como el asado al carbón o a la parrilla, se modifican las moléculas de la carne y se generan así hidrocarburos aromáticos que son cancerogénicos. Lastiri aclara que esto no significa que esté prohibido comerse un asadito: hay que optar por la moderación y evitar sobrecocer las carnes y que se forme esa “costra” crocante que es nociva.
    5) Fiambres y ahumados. A estos alimentos procesados, para su elaboración y conservación se les suelen agregar nitritos y nitratos (que son nocivos) y tienen también un “efecto engordativo”. Los ahumados son riesgosos por su método de cocción. “Su consumo debe ser ocasional, en reuniones o situaciones esporádicas”, indica Leal.
    6) Alcohol. Según la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), el alcohol eleva el riesgo de cáncer bucal, de laringue, de esófago, pecho, mama, colón e hígado. Si bien no se sabe exactamente por qué, los científicos creen que se debe a la exposición a químicos que se producen cuando el alcohol se metaboliza en el cuerpo. La ASCO recomienda limitar el consumo a una bebida alcohólica por día para las mujeres, y a dos para los hombres. Las medidas que da como indicación son 355 cm3 de cerveza, 150 cm3 de vino o 45cm3 de licor.
    7) Frutas y verduras. “Es la principal estrategia dietética para reducir el riesgo de cáncer”, afirma Leal. María Victoria Cáceres, jefa de Nutrición de la Clínica Olivos, explica que “en el cuerpo tenemos millones de moléculas de oxígeno. A las que se vuelven inestables y peligrosas se las denomina radicales libres, y llegan a atacar sus cromosomas. Cuando esto ocurre, las células pueden empezar a multiplicarse en forma descontrolada y es así como se inicia el cáncer. Las plantas tienen capacidad de producir compuestos moleculares que actúan como escudos para protegerlas de estas moléculas salvajes del oxígeno: son los antioxidantes”. Algunos de los más conocidos son el beta-caroteno (está en la zanahoria) y el licopeno (en el tomate). Además, las plantas contienen fitoquímicos, otras sustancias que son protectoras. Las crucíferas (el brócoli y el coliflor) y las de la familia allium (ajo y cebolla) tienen compuestos que generan distintos beneficios en el organismo con un mismo resultado, reducir el riesgo de cáncer. Todos los especialistas coinciden: hay que incorporarlos a la dieta, cinco porciones por día de frutas y verduras, de distintos colores.
    8) Fibras. “Su alto consumo disminuye el riesgo de cáncer colorrectal, porque reduce la cantidad de tiempo que los desechos –que a menudo tienen sustancias cancerígenas– viajan a través del colon”, señala Cáceres. También se observó que los alimentos ricos en fibra reducen los niveles de estrógeno y de testosterona, con efectos protectores de los cánceres de mama y colon. Se pueden incluir en la dieta en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
    9) Lácteos. “No hay que suspenderlos”, dice Lastiri. “Sus nutrientes, como el calcio y la vitamina D, son efectivos contra el cáncer colorrectal”, agrega Leal. Lo que sí se recomienda es que sean descremados, para evitar adicionar grasas a la dieta.
    10) Suplementos vitamínicos. Lastiri afirma que su aporte no es significativo. El especialista insiste en un consejo que puede ser la síntesis de todas las recomendaciones: “No es necesario convertirse en un vegetariano estricto sino, como en todo, evitar los excesos. Hay que cambiar los hábitos y seguir una dieta balanceada”.

    Un menú saludable
    La nutricionista Marcela Leal sugiere este menú como referencia:
    *  Desayuno: 1 taza de café con leche o infusión con edulcorante, 2 tostadas de pan integral con dulce dietético.
    *  A media mañana: 1 yogur descremado con cereales sin azúcar o con colchón de frutas, 1 fruta mediana fresca.
    *  Almuerzo: 1 pechuga de pollo al horno, 2 rodajas de calabaza con queso y 1 manzana fresca.
    *  Cena: 1 porción de tarta de verduras, 1 plato chico de arroz con atún y 1 naranja.

    Tips para mejorar la dieta
    Las guías alimentarias del departamento de Salud de EE.UU. recomiendan:
    *  Incluya vegetales y frutas en cada comida. Téngalos en la heladera listos para comer como snacks (por ejemplo, zanahorias cortadas).
    Cocine los vegetales al vapor o al microondas, para mantener sus nutrientes.
    *  Adicione verduras a otras comidas como pasta, arroz, sopas, sandwiches y pizza.
    *  Prefiera la fruta entera a su jugo: aporta más fibras y menos calorías.
    *  Coma arroz, pan y fideos integrales. No siempre cuanto más oscuro es el pan refleja un mayor contenido de nutrientes o fibra: lea las etiquetas.
    *  Limite el consumo de cereales azucarados, pastelería, gaseosas y jugos endulzados.
    *  Incorpore a su dieta pescado, legumbres, frutos secos, huevos y lácteos descremados. No fría y asar las carnes.



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    1. 1 El cáncer y la dieta están relacionados.
      Dieta y cáncer están relacionados. Una alimentación sana y equilibrada reduce tus posibilidades de sufrir esta enfermedad. Pero si comes mal, las aumentas. Según la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar el 30% de los casos de cáncer en todo el mundo con una dieta sana y equilibrada.
      Hay muchas líneas de investigación abiertas sobre qué alimentos favorecen el cáncer y cuáles lo evitan. Está comprobado, por ejemplo, que un consumo excesivo de grasas saturadas puede provocar cáncer. También está demostrado que comer más fruta y verdura es beneficioso.
      Pero un alimento no provoca, ni evita, el cáncer por sí sólo. Lo que influye es la dieta en su conjunto.
    2. 2 No existen los alimentos cancerígenos.
      No hay ningún alimento que por sí mismo provoque cáncer. Lo que sí puede provocar esta enfermedad es una mala dieta mantenida durante mucho tiempo. "Es el conjunto de la alimentación lo que puede provocar un cáncer tumoral, no hay una lista cerrada de alimentos cancerígenos", explica la Dra. Graciela García , oncóloga de la Sociedad Española contra el Cáncer.
      García da un ejemplo de una dieta que podría provocar cáncer. Habla de "Una alimentación muy rica en grasas de origen animal, en carne roja y en productos precocinados y pobre en fibra, verduras y fruta". Mantener este menú durante muchos años priva al organismo de muchos nutrientes. Es esta carencia la que puede provocar la enfermedad.
      Pero comer mal también puede provocar cáncer a través de otra vía: la obesidad. "Determinados tumores sí están relacionados con un sobrepeso mantenido en el tiempo", comenta la Dra. García. Pero esto te lo explicamos en el siguiente paso de este practicograma.
    3. 3 El consumo excesivo de grasas saturadas es perjudicial.
      No hay ningún alimento que provoque cáncer por sí mismo. Aún así, sí hay un nutriente que está implicado en muchos cánceres relacionados con la dieta: la grasa saturada. Está presente en alimentos como la leche entera, la mantequilla, la carne roja, el queso o el aceite de coco.
      El Estudio Europeo Sobre Cáncer y Nutrición establece una relación directa entre el consumo elevado de grasas y el cáncer de mama. Afirma que las mujeres que toman más de 35 gr de grasa saturadas al día tienen el doble de posibilidades de tener cáncer de mama que las que consumen menos de 10 gr. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura también advierte de este riesgo, y afirma que aumentan las posibilidades de padecer cáncer de colon.
      Hay un condicionante muy importante en la relación que existe entre las grasas saturadas y el cáncer: la obesidad. Una ingesta muy elevada de este nutriente provoca sobrepeso, y esto a su vez puede causar la aparición de tumores cancerígenos. Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU, el 4% de los nuevos cánceres que se registraron en hombres en Estados Unidos en 2007 estuvieron provocados por la obesidad. En las mujeres el porcentaje fue aún mayor: 7%.
    4. 4 Come más fruta, verduras y legumbres.
      "Hay muchos estudios que ponen de relieve que las verduras, la fruta y las legumbres tienen un efecto protector frente al cáncer", explica la Dra. Irene Santacruz, de la Unidad de Coaching Nutricional del Hospital Nisa. "Sus compuestos tienen una acción directa para prevenir la enfermedad".
      Estos alimentos aportan al organismo una gran cantidad de vitaminas, fibra y agentes fitoquímicos. Y son estos agentes los que tienen una acción protectora frente a los tumores cancerígenos (‘Guía de alimentación y salud’, UNED).
      Santacruz resalta un aspecto en el que insistimos mucho en este reportaje: ninguna fruta ni verdura protege frente al cáncer por sí misma. "El brécol es muy beneficioso para prevenir esta enfermedad, pero no por comer sólo esta verdura se es inmune. Hay que tomarlo en el seno de una dieta sana y equilibrada", recalca la doctora.
    5. 5 La forma de cocinar influye.
      La forma de cocinar los alimentos puede influir en la aparición del cáncer. La nutricionista Leticia Garnica, de Dietistaynutricionsita.com, explica por qué. "Cuando cocinas una hamburguesa a la parrilla o a la barbacoa la carne se quema. En esta parte dorada hay una gran concentración de unas moléculas llamadas aminas heterocíclicas, que son cancerígenas". Estos compuestos pueden estar presentes en cualquier tipo de carne que se quema: ternera, pollo, cerdo o pescado.
      La nutricionista apunta que esto sólo afecta a las carnes que se hacen a la parrilla. "Cuando cocinas en la sartén no hay ningún riesgo, ya que no hay contacto directo con el fuego", comenta Leticia.
      Pero no se puede generalizar. Es verdad que las aminas heterocílicas son cancerígenas. Pero las fuentes consultadas para este reportaje sobre alimentación y cáncer coinciden en que no afectan igual a todo el mundo. Hay personas que metabolizan estas moléculas mejor que otras.
    6. 6 El alcohol puede provocar cáncer.
      Beber alcohol en grandes cantidades puede provocar cáncer. Cuanto más alcohol beba una persona, mayores son sus posibilidades de padecer esta enfermedad. Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU, el 3,5% de las muertes por cáncer en ese país desde 2009 han estado relacionadas con el alcohol.
      Queremos insistir mucho en que el riesgo está en la cantidad. Beber una cerveza o un vaso de vino no es peligroso. Lo que aumenta las posibilidades de padecer cáncer es consumir mucho alcohol todos los días.
      Si el alcohol se consume junto con tabaco, las posibilidades de padecer cáncer se disparan. Son mucho mayores que si se bebe o se fuma por separado. En estos casos hay más posibilidades de padecer cáncer de boca, faringe, laringe o esófago.
    7.  Además el alcohol se conviert en azúcar inmediatamente, y puede proudcir diabetes 2
    8. 7 ¿Cómo sería el menú ideal?
      El menú ideal para evitar el cáncer parte de una dieta sana y equilibrada. Toma nota:
      -Entre seis y diez raciones de legumbres, patatas o cereales al día.
      -Entre dos y cuatro raciones de fruta o zumos de fruta.
      -Entre tres y cinco raciones de hortalizas y fruta al día.
      -Entre dos y tres raciones al día de leche o derivados lácteos.
      -Entre una y dos raciones al día de huevos, pescado o carnes.
      -Consume aceite y grasas con moderación. No pases de los 80 gramos al día.
    9. 8 Recomendaciones finales.
      Hemos querido dedicar este último paso para recopilar unos consejos sobre alimentación y cáncer. Están sacados de la guía ‘Alimentos, nutrición, actividad física y la prevención del cáncer’, editada por la Organización Mundial de la salud.
      -Evita el sobrepeso y la obesidad.
      -Mantén un estilo de vida activo: haz deporte.
      -Limita el consumo de bebidas azucaradas.
      -Comes más verduras, frutas y hortalizas.
      -Limita la ingesta de carnes rojas.
      -Limita la ingesta de bebidas alcohólicas.
    10. 9 ¿Quieres más información?
      Si quieres saber más entra en nuestra sección ‘Enfermedades y trastornos’, dentro de la categoría ‘Salud’. Podrás consultar todo el contenido que tenemos publicado sobre cáncer.
      También te recomendamos que entres en la sección ‘Nutrición’. Podrás consultar, entre otros, los siguientes practicogramas:
      -‘Cómo seguir una deita sana y equilibrada’.
      -‘Cómo elegir la mejor marca de aceite de oliva virgen’.
      -‘Cómo seguir una dieta equilibrada’.