Alicante. Quejas por las dialisis privatizadas, por falta de máquinas. Ximo Puig aplícate la noticia.

Isabel Soler advierte del peligro para su salud tras la última contrata de Sanidad para la diálisis.

Pacientes de diálisis alertan de graves deficiencias tras privatizar el servicio Sanidad

Centros concertados carecen de médicos de urgencias ante situaciones adversas

Un artículo de
Pacientes de diálisis derivados por la Conselleria de Sanidad a centros con los que ha concertado el servicio de hemodiálisis, ante la falta de máquinas suficientes en los hospitales públicos, han elevado numerosas quejas por las graves deficiencias que perciben desde hace un mes –en que cambió la contrata– y el peligro que perciben para su delicada salud.
En concreto apuntan la ausencia de una unidad de urgencias que les atienda in situ ante posibles situaciones adversas. También carecen de enfermeros especialistas con una trayectoria, así como de las condiciones de refrigeración ambiental que demanda su debilitada salud, e incluso de vendas, o de un aparcamiento que les permita acceder directamente al centro asistencial sin caminar dos y tres calles, dadas sus deficitarias condiciones de salud.
Roberto Oliver, presidente de ALCER, la asociación provincial de enfermos renales, se hace eco de estos problemas y recuerda que ya advirtió de antemano ante las instancias sanitarias sobre la pérdida de calidad del servicio con unos pliegos de contrato que merman las exigencias necesarias.

Seguimiento


«En un mes y medio desde que entraron en vigor las nuevas contratas hemos recibido numerosas quejas y estamos en contacto directo con los responsables tanto de estos centros concertados como del jefe del servicio de Nefrología en el Hospital General de Alicante, para tratar de que se resuelvan», concreta Oliver.
Agradece, al menos, formar parte desde ahora de la comisión de seguimiento del autoconcierto pero lamenta, y así lo hará saber a los responsables, que se contraten enfermeros noveles a los que se paga mucho menos, lo que deriva en posibles situaciones lamentables para el paciente. «Yo mismo llevo 16 años ya de diálisis y acabé pinchándome, pero no todos los pacientes pueden o saben hacerlo y este aspecto se podría mejorar».
También le han hecho saber los enfermos que por la falta de experiencia sanitaria se ha enviado a casa a pacientes que han acabado en Urgencias del General, desde cuyo servicio reconocen a este diario haber recibido varios casos de este tipo el último mes. «Se entiende que los más delicados van a los hospitales públicos, pero en el de Alicante solo hay 17 máquinas de diálisis y otras 12 en el de Elche, cuando los centros de los que echa mano Sanidad no tienen UCI y según el pliego de condiciones se limitan a llamar al 112».
Es todo legal, pero tanto a Oliver como a Isabel Soler, una de las pacientes directamente afectadas, les parece tremendamente injusto que Sanidad ahorre dinero en la contrata a costa de la salud de los enfermos.
Oliver calcula que el ahorro respecto a la anterior contrata puede alcanzar los 7 millones de euros en toda la Comunidad, alrededor de 60 euros por máquina. En la provincia hay medio millar de pacientes en diálisis y poco más del centenar está pendiente de un trasplante.
Como es el caso de Isabel Soler, con cuarenta años de edad, que desde los cuatro tiene diabetes tipo 1 y el último lustro pendiente de la máquina de hemodiálisis para vivir y a la espera de un trasplante. «Sé lo que es estar enferma y lo que espero es ese trasplante, pero me dan glucemias comatosas al conectarme a la máquina y no hay quien me atienda. Si nos pasa algo tenemos que esperar una ambulancia», augura.
Muestra el lamentable aspecto de su brazo a consecuencia de una fístula arteriovenosa deficiente. «Hay negligencias por todas partes y esto no es ninguna broma.», lamenta. Oliver concluye que para poder recibir un trasplante los pacientes deben mejorar con la diálisis, no al revés.

El 70% de los tratamientos se derivan a centros concertados


En la Comunidad, según el último informe de Enfermos Renales en 2016, los afectados en terapia renal sustitutiva son 6.125 y de ellos, 3.304 en tratamiento de hemodiálisis, de los que 1.027 (31,1%) se trataban en centros hospitalarios públicos y 2.277 (68,09%), más de la mitad, en tratamiento ambulatorio en centros privados de carácter concertado. Sanidad afirma que todos los pacientes que se incluyen para tratamiento de hemodiálisis se incluyen en lista de espera de trasplante renal, salvo que exista  alguna contraindicación para el mismo. Desde la Conselleria de Sanidad admiten que, efectivamente, «se han ajustado los precios por sesión de hemodiálisis a los precios actuales del mercado», pero que la parte clínica sobre el servicio a los pacientes «se controla por los jefes de servicio de los hospitales que derivan a los pacientes, mediante la recepción de informes médicos periódicos desde los centros donde realizan el tratamiento». Todo lo que se refiere al cumplimiento de los requisitos por los centros concertados en cuestión de «infraestructuras, calidad, seguridad asistencial, etc, lo controla la inspección de los servicios sanitarios», añaden desde el departamento que dirige Ana Barceló. En cuanto al seguimiento de las quejas de los pacientes, aseguran desde la conselleria que se remiten al servicio de atención e información al paciente para que a su vez  las trasladen al servicio correspondiente de inspección o de Nefrología «para su conocimiento, comprobación y subsanación, en su caso». Este es precisamente el paso que han dado desde la asociación provincial ALCER para tratar de que las respuestas se agilicen.