El volumen perimetral del abdomen está asocido a la salud cardiovascular.
Lo que favorece la grasa en la tripa, más allá de la cervezas
Las
expertas coinciden en que los alimentos que favorecen su aparición son
los ricos en grasas saturadas y trans y cualquier bebida que aporte
calorías como las que tienen alcohol y/o azúcar. También contribuye a
desarrollar tripa un consumo ineficiente de frutas y verduras y abusar
de los fritos.
Es importante limitar también las bebidas de baja
graduación alcohólica, como la cerveza y el vino (un vaso al día en
mujeres y dos en hombres, como mucho). Incrementar la actividad física
regular es el otro pilar. «Las horas que se pasan frente a una pantalla,
ya sea de ordenador, televisión o de consola, están muy asociadas al
desarrollo de la obesidad», avisa la doctora Tapias.
Curva de la felicidad, barriga cervecera, póngale el mote cariñoso que prefiera, pero un perímetro abdominal abultado no es motivo de chanza. La grasa abdominal es la que más influye en la salud cardiovascular. Un estudio publicado en 2015 en la prestigiosa revita «Heart» ya advertía de que las personas con obesidad abdominal tienen el doble de posibilidades de sufrir muerte súbita. «Las personas con obesidad central tienen más riesgo de diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y
mortalidad», advierte la doctora M. Rosa Fernández Olmo, cardióloga
clínica y vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación
Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología.
La barriga
también puede aparecer tras una comilona o por exceso de gases pero, no
se engañe, si al cabo de dos o tres días no ha desaparecido, es grasa.
Si aún así no esta seguro de si su tripa es un peligro, coja un metro y mida el perímetro de su cintura. En EE.UU. se considera obesidad abdominal cuando
este valor es superior a 102 cm para varones y mayor a 88 cm para las
mujeres. «Para la población de Europa, se han propuesto unas cifras más
exigentes, mayor de 94 cm en varones y mayor de 80 cm
en mujeres, aunque en la práctica clínica se utilizan más los valores de
102 cm y 88 cm», explica la doctora María José Tapia, endocrinóloga
miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y
Nutrición (Seen). La experta advierte de que la prevalencia en España de obesidad abdominal es muy elevada: «sobre el 36 % de la población adulta».
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