Daltonismo, una vida de otro color
Ligado al gen sexual X, el daltonismo está presente en el 1,5% de los varones, y tan solo en el 0,5% de las mujeres
13-03-2015 |  |  |
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EFE
La sangre es roja. La pradera es verde. El rojo supone prohibición.
Los colores se encuentran asociados a significados que no cambian
aunque los tonos del rojo y verde se vean alterados, por ello, la
confusión entre estos colores propia del daltonismo puede impedir
realizar determinados oficios, pero no merma la actividad diaria.
Las
formas del mundo físico se perciben a través de los ojos. Sin embargo,
los tonos de la realidad se pueden ver alterados por el daltonismo, un
defecto en la percepción de los colores.
Este problema aparece en el
nacimiento, momento en el que las células de la retina llamadas conos
dejan de percibir las longitudes de ondas dentro del eje rojo y verde,
lo que provoca la confusión entre estos colores.
Carácter genético
Una
«característica y no una patología, que no tiene solución durante toda
la vida», afirma el doctor Mariano Royo, jefe del servicio de
oftalmológica del hospital San Rafael de Madrid y director del Instituto
Oftalmológico de Madrid.
Ello se debe a su carácter genético, ligado
al gen sexual X, que afecta tres veces más a hombres que a mujeres, lo
que supone que mientras el daltonismo está presente en el 1,5% de los
varones, tan sólo es padecido por el 0,5% de las mujeres.
Sin
embargo, unos y otros, confunden los tonos entre el rojo y el verde sin
llegar, en la mayoría de los casos, a no distinguir estos colores en su
forma pura, por lo que se trata de un defecto que, aunque puede impedir
desarrollar determinadas profesiones como la de electricista, no supone
una dificultad en la calidad de vida del día a día.
Un diagnóstico en consulta
La
experiencia social, ver rojo aquello que el resto observa como verde,
suele despertar la conciencia de los pacientes que no perciben los
colores puros.
«En estos casos la gente normalmente viene
diagnosticada a la consulta, porque es raro que no se den cuenta o no se
lo digan», destaca el doctor Royo.
Sin embargo, cuando el
daltonismo afecta a las tonalidades del eje rojo y verde, el defecto se
suele descubrir mediante la consulta sanitaria, a través de test de
colores como:
-Láminas de Ishihara, en las que se
realiza el diagnóstico en función de si el paciente es capaz de
distinguir un número pintado con bolas verdes dentro de un fondo de
bolas rojas.
-Test de Farnsworth, se trata de una prueba más precisa en la que el paciente debe ordenar gradualmente las tonalidades entre dos colores.
Ante
la posibilidad de encontrar y realizar estas pruebas a través de
internet, Mariano Royo advierte «que es fácil llegar a ellas, pero otra
cosa es saber interpretarlas y aplicar los resultados».
La
importancia de alcanzar el diagnóstico en la consulta médica aumenta en
el caso de los niños, ya que presentar un informe en el colegio puede
prevenir interpretaciones equivocadas de rebeldía o falta de atención
por parte de los profesores.
Los colores del día a día
Más
allá de las dificultades que el daltonismo pueda generar, la alteración
de los colores no impide el correcto desarrollo personal y social del
paciente, sino que tan sólo le obliga a aprender a convivir con este
defecto en su vida cotidiana.
«Para quien no ve los colores puros, el
rojo de un semáforo no quiere decir stop, sino que ese significado lo
toma la luz de arriba», explica.
Es la experiencia personal la que
permite tomar conciencia de que se padece daltonismo y, posteriormente,
es la que enseña a cada paciente a desarrollar su vida diaria sin que
se vea mermada, lo que reduce la influencia de este defecto a «una
extravagancia a la hora de vestir o escoger un color», indica Royo.
El
aprendizaje sobre este defecto genético se inicia desde la niñez,
momento en el que los padres de un niño con daltonismo tienen que
trabajar sus ilusiones en torno a determinadas profesiones, como pilotar
un avión, o estar atentos para que su vida escolar no se vea afectada.
«Si un día el profesor dice de aparecer con una camiseta roja y el chico se presenta con una verde, no es culpa suya», afirma.
A
la espera de innovaciones tecnológicas que permitan captar las
longitudes de onda, que no percibe la célula retiniana, mediante la
colocación de un filtro delante de los ojos, el doctor Mariano Royo
insiste en «tranquilizar a aquellos que tengan daltonismo».