Es preferible comer el tomate con la piel o pellejo.



Tomate con piel Hay quien los hierve para quitarles la piel, pero es un error pues es allí donde más se concentra el licopeno, el pigmento natural que le da su color rojo característico. A saber: los de tipo "pera" tienen hasta diez veces más de licopeno que los de ensalada (en ese sentido, cuanto más maduro, más cantidad). El licopeno posee propiedades antioxidantes y actúa protegiendo las células de los radicales libres. También existen evidencias científicas de que previene el síndrome de degeneración macular, principal causa de ceguera más allá de los 65 años. "Hay que comer siempre el tomate con piel, ya que es muy rica en caroteno, vitamina C y un compuesto que tiene una acción anticancerígena", confirma Jesús Huertas. Por ello cuando se hace el gazpacho andaluz o el salmorejo es preferible echarlos enteros y en la trituradora se deshace. La licuadoras se quedan con la piel. Otra cuestión es una ensalada, aquí se le puede quitar la para su mejor digstión, ya que con lechugas, ajos, cebollas, pepino con piel, rabanos y pipas de girasol, más su acete de oliva, ya contienes estos oligoelementos de la piel de topmado que le hemos quitado.

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