Tratamiento de las obsesiones zoofóbicas

DEFINICIÓN. Las obsesiones son pensamientos, recuerrdos, imágenes, o impulsos intrusivos desagradables y repugnantes, inaceptables o sin sentido y que el sujeto intenta rechazar.

Generalmente las padecen personas que están solas, no suelen hablar con otras personas, o no le escuchan, o no tienen ditracciones, ocio o relaciones externas, que el distraigan la mente de la repetición constante del mismo pensamiento.

La primera terapia consiste en aprender a tolerar ese pensmaiento que nos acude insitentemente. También exponernos a ellos gradualmente hasta comprobar que le perdemos miedo.

Mentalmente, ante ellos hay que adoptar la posición optimista, es decir, que hemos de transformar mentalmente, lo desagradable en agradable, y ponerle adjetivos optimizantes (maravilloso, genrial, fantastico, asombroso). Por ejemplo, sin pensamos en ratas, convertir esta palabra en algo inofensivo y en animal agradable, creado por Dios. Un mamífero maravilloso y fantástico. Ir a las tienda donde venden animales para ver la cobayas o hamster. Poco a poco le perdemos el miedo. Cuando no produce temor o asiedad el cerebro los olvida.

Lo mismo hay que hacer ante la fobia las arañas, a los perros, serpinente, culebras etc.., pensemos que somo veterinarios y vamos a cuar a todo tipo de animales.


TERAPIA CONDUCTURAL
Técnicas de exposición, exponerse gradualmente al temor que nos desgrada. Para asumir tolerancia.Estas estrategias consisten en exponer a la persona a los objetos personas o imágenes que le provocan la ansiedad y las obsesiones, impidiendo que realice las neutralizaciones (compulsiones o rituales) que hacen que disminuyan su ansiedad (prevención de respuesta de escape) Es por ello, que debería ser la primera línea de intervención para la mayoría de los casos, utilizando la combinación con fármacos (srrotonina) para los más graves, o para cuando existe una comorbilidad con depresión mayor u otros trastornos asociados.

También se utiliza la “exposición imaginaria” : cuando el contenido de las obsesiones no es accesible, cuando el paciente relata un excesivo temor a consecuencias catastróficas si no lleva a cabo la neutralización o cuando las obsesiones están compuestas por imágenes, más que por situaciones, estímulos o sucesos externos.
Evitar las obsesiones no es lo más correcto porque se fijan más en el cerebro.

El “entrenamiento en habituación” consiste en que el paciente plasme por escrito los pensamientos obsesivos repetitivamente o que rememore de forma deliberada el/los pensamiento/s obsesivo/s y que los mantenga en su mente así hasta que su terapeuta se lo indique (tomando generalmente como criterio, que las unidades subjetivas de ansiedad –USAs- en un termómetro de miedo p. ej. se vean reducidas a la mitad menos uno de su valor inicial, que puede oscilar de 0 a 100 o, que al menos disminuyan en un 50% de dicho valor).

En cuanto al entrenamiento en la parada o detención del pensamiento, podremos soslayarlo o no reparar mucho en él ya que no existen estudios –salvo error- que hayan incluido un grupo control en sus diseños. A groso modo, el paciente debe realizar una lista de pensamientos obsesivos y otra con pensamientos agradables alternativos.

El terapeuta primero y posteriormente el paciente, describen la obsesión, que cuando lleva mantenida en la mente un tiempo predeterminado, ambos pueden gritar en voz alta un “para”, “basta” o “stop” que luego se hará interno. El pensamiento entonces habrá desaparecido, debiendo imaginar después el sujeto la escena alternativa. No es ocioso recordar que en esas listas, no se deban incluir pensamientos neutralizantes.

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