(Próximamente en LULU)
Artículo número 45
LA DIETA PALMERIANA
Cuántos más
kilos te sobren en tu cuerpo, menos años de vida te quedan. No se puede comer
tan mal como los mexicanos, que es el país donde más gordos hay. No se puede
encontrar un trabajo de funcionario o en las fuerzas armadas si tienes un
sobrepeso excesivo. No se trata de estar
como un o una modelo. Se trata de tener cabeza para tu salud y para tu estética
social.
¿Qué es la dieta PALMERAL?
La dieta Palmeral es una filosofía
de vida y alimentación basada en el sustento justo, el pensamiento justo, el
deseo justo, alejada de la lujuria del consumismo actual. Es el dominio de la
mente sobre la voluntad de comer en exceso. La salud y la vida diaria están por
encima de la comida tomada como ocio o diversión, cultura del comer, fiestas y
celebraciones, bodas y banquetes. Errores de concepto que nos llevan a pensar
como en la Edad Media: atiborrarse por si nos asaltan el castillo. Hemos de
observar que estamos rodeados de una publicidad terrible y constante en un
mercado liberalizado de supermercados, gastronomía, catas de vinos, colas,
bares, restaurantes, burggers, pizzerías y más publicidad, estamos sometidos a
la tiranía de los documentales gastronómicos o «arguiñanismos» de tv, revistas,
ofertas etc., porque a ellos no les interesa nuestra salud, sino su
negocio, ganar más, las grandes superficies o paraísos del consumo son
multinacionales. Estas verdades pueden arruinar el negocio de muchos, pero a mí
me interesa tu salud.
No se trata de una dieta vegetariana sino de un sistema de alimentación suficiente y restringida para vivir sano y sin sobrepeso ni obesidad. Se trata de mentalización y de alimento justo.
Para vivir no hace falta ni gastar tanto en alimentos, ni comer tanto, sino lo suficiente y justo para vivir sano. Comer hay que comer y propongo comer 6 veces al día (pocas cantidades), pero con inteligencia. Entramos en una época de los alimentos sanos, de los cultivos biológicos, de una alimentación suficiente, sin excesos, pero con inteligencia, hay que comer con la cabeza no con la boca ni el estómago. ¿Cuándo vamos a ser adultos de verdad y tener voluntad? La mejor dieta es la que se hace uno mismo, es decir, la que uno se impone sin nutricionistas ni médicos dietéticos. A pesar de esta dieta sana de frutas y verduras, de vez en cuando cogeremos un resfriado, pero esto es normal y hay que aceptarlo y pasarlo.
La DIETA PALMERIANA no es un régimen, sino una que la experiencia de alimentación sana y adelgazante, con el nombre de mi seudónimo de artista: Palmeral. Es una dieta azul empírica. Perdí la barriguita de casado feliz o embarazado de 5 meses o barriga cervecera. Ya no nos limitamos a comer sino que queremos probarlo todo. He dejado de beber refrescos azucarados ni colas, por el exceso de azúcar incorporado que llevan. Ni los jarabes de maíz. Lo que no puede hacer un hispano o un latino es el desayuno inglés o norteamericano de 2 huevos fritos revueltos, beicon o salchichas, judías, pan y mantequilla.
Lo nuestro son cereales (de
avena, maíz, salvados de trigo, no azucarados) y una pieza de fruta. O la media
tostada de aceite con café con leche, nunca con chocolate. Los andaluces y
andaluzas han engordado mucho es estos año por
abusar del desayuno con calentitos (churros), o al pan con manteca de
cerdo, chicharrones o el jamoncito con aceite e media mañana. Los andaluces no
podemos comer y tapear como lo hacen los vascos, porque no tenemos ni el clima
ni la constitución física de ellos. Ni podemos comer los quesos de Cabrales,
porque ni tenemos las enzimas que las digieren. Ni lo picantes de la cocina
india o mexicanas
Quise y necesité adelgazar, estar
delgado (cuerpo acorde con tu edad, altura y constitución) no fue cuestión de
estética sino de salud. Yo era gordo. Es de
naturaleza que las mujeres y hombres queramos estar bellos y atractivos, pero
hay que sudar la camiseta y renunciar pasando hambre. No, precisamente mi método
consiste en adelgazar sin pasar hambre. Hay que hacer deporte, andar o correr,
si no puedes nadar ni caminar, haces flexiones de brazos en casa, te
compras unas mancuernas y haces bíceps o te vas a nadar que es lo que yo hago.
Duda de los consejos de los demás, crea tu
propia dieta inteligente. Aprende a dudar. Luego hazte
cargo de ti mismo. No hay milagros solo razonar, haz una alimentación razonada
y prolongada; lo que yo llamo Alimentación Inteligente Prolongada (AID).
Se engorda porque se come en
exceso, y encima se come mal, porque nunca nos enseñaron a comer bien, nuestras
madres tampoco sabían, por ellos nos sobrealimentaban.
Perdí diez kilos porque mi rodilla maltrecha
me lo exigía.
Después de haberme dejado
engañar, de dejarme el dinero en los nutricionistas, de oír consejos, decidí
hacerme mi propia AID.
Consiste en no pasar nunca
hambre, porque el hambre puede con tu voluntad, te desarma, te haces animal y pierdes
el razonamiento. Por ello yo como 6 veces al día, poco pero lo suficiente, para
que el estómago no sienta hambre, y de vez en cuando me quedo un día a fruta.
Perdí la barriga cervecera, ya no estoy embarazado.
Los buffes de hoteles, cruceros y restaurantes son la mayor fábrica de
engorde de los comensales. Ten en cuenta que estos restaurantes son negocios,
mientras más consumas y más bebas ellos ganan más dinero, por eso te ponen tapas
muy saladas, para que bebas más.
Los supermercados y grandes
superficies no son más que negocios de alimentación, todo lo que venden no son
más que ofertas de multitud de productos, comestibles pero perjudiciales para
la salud humana. Los vinos, las cervezas y otros licores no son necesarios.
Estos consejos se resumen en una
decisión drástica que debes tomar: Tu salud o los placeres de la mesa.
No digo que no puedas ir a restaurantes, pero
tendrás que saber que no es adecuado mezclar hidratos de carbonos con
proteínas, carnes rojas a la brasa, pan, ajoaceite o alioli y vinos, cervezas,
postres, chupitos, cafés y puros. Que comer es un placer, sí, lo fue para mí, ahora
me alimento para vivir, no para estar como un cerdo. Yo me bebí ya mi ración de
vinos y alcoholes.
Doy consejos porque tengo
experiencias gastronómicas, y he comido en restaurantes de cuatro tenedores,
porque eran otros lo que me invitaban y pagan la cuenta.
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