Los líderes, los
falsos gurús, los mesías y otros adivinadores, elevándose o levitando por
encima de los demás, juegan con la
credulidad e inocencia de la gente. Por la general, la gente siempre está
subida en el guindo, los llaman pavones, pececitos, inocentes. Porque renuncia
a al razonamiento y a la inteligencia y, cómodamente, se dejan llevar por los
consejos de otros, llamados los expertos, los peritos, los directivos, que
tampoco tienen idea de nada, caso de las preferentes, y engañan a la gente metiéndoles
la mano en el bolsillo. Hay que ser como Santo
Tomar, no creer nada si no lo tocas, preguntas, duda siempre de lo que te
digan los demás. Hay que usar es sistema socrático: dudar de todo.
Los demás se ponen
medallas constantemente para impresionar y aparentar, se aupan, s atribuyes méritos
que no tienen, es la condición humana, todos quieren ser importantes, famosos,
porque ello supone poder. “Confía en mi o ¿no confías en mi?, es lo primero que
te dicen los falsos gurús, los vendedores, los líderes políticos, los políticos
profesionales celosos guardianes de su escaño o poltrona, los escritores, directores
de banco, los médicos... Confía en mí, no en tu eres, un analfabeto de todo ¿pero a la razón,
quién puede contra la razón, el análisis?
Por ello, en una
empresa, en un trabajo, la razón no interesa, por eso se convierte en órdenes a
ciegas, no pienses por ti haz lo que te digo y se acabó. No interesan los
empelados que piensan o que se hace la lista. O hacen más de lo que les
corresponde ¿algo estás buscando? Antiguamente
a las mujeres les decían no se mostrara muy lista, sino más bien tontita, que
así es como le gusta a los hombres casaderos: una criada y cocinara. Pero esto
ya ha cambiado.
La mayoría de edad
de la razón empieza cuando uno piensa, impone sus propios criterios. Sin embargo, la astucia es una de las
cualidades más interesantes e importantes de los simios, y hay que saber emplearla
apoyada en la duda, siempre hay que dudar de lo que oigas, de las noticias, de
lo que te dicen los demás. Por lo general, las personas nos montamos unas historietas
que de tanto repetirlas acabamos por creernoslas nosotros mismo. Y nos autoestimulan, y nos
auestimados y no queremos más al ver aparentemente lo importante que somos que
es uno de los deseos mas importante del ser humano: la autoridad y el respeto y
la de ser importante, ser querido.
Por ello la baja de
auestima provoca grande problemas en la conducta y emocilanales.
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