Tenemos que asumir la enfermedad como algo transitorio, aunque sea a largo
plazo, y no hay que desesperarse porque el futuro será mejor. Hay que tener
fuerza mental para tener paciencia, la paciencia en una de las reglas
fundamentales, no ponerse nervioso, ni angustiarse, ¿cómo se consigue?, no
hacer caso a los temores, ni a los pensamientos que nos vienen a cabeza, ellos
solo son pensamientos que fabricamos nosotros con nuestros temores y los
podemos llevar a extremos de dolor. Por ello, hay que tener en cuenta que los
pensamiento son eso pensamiento y que no hay que temer de que se vayan a
cumplir, solo son temores lógicos de toso los enfermos que pasamos largas
temporada en cama, en casa y con el consuelo de la familia, que son nuestros
cuidadores y a los que no debemos cansar en exceso.
Tener fe en que nos vamos a poner bien. Dictarle a nuestro subconsciente,
recados positivos, no negativos porque en momento de debilidad nos juega malas
pasadas. Es normal tener bajones de ánimo, desesperar y no saber qué es bueno
qué es malo. Lo pero que tenemos es la soledad de los día y peor por las
noches, por ello lo importante es intentar dormir de noche y no de día.
Hemos de saber que el teléfono deja de sonar, se nos aísla, los amigos pasan
de nosotros y también la familia.
Otros de los concejos que doy es hacer todo el ejercicio físico se podamos,
aunque si no te mueves es peor. Alimentarte bien. El instinto de conservación
se encargará de mantenernos alertas y preocupados porque el cuerpo no funciona
como debiera.
Cuando nos acuden pensamientos raros o compulsivos, hay que tener en cuenta
que no se puede hacer o ejecutar lo que no se desea. Es decir que la acción y a
voluntad no obedecen al pensamiento negativo, que como he dicho es solo un
pensamiento al que no hay que temer porque no te va a hacer nada.
Cuando vas a someterte a una operación hay que fortalecerse interiormente
para ser valientes, concientes y demostrar que somos dueños de nuestros actos.
Luego vendrá una semana o dos malas, lo que yo llamo, un viaje por el infierno
y la fiebre, pero esto pasa porque el cuerpo lo cura todo con paciencia.
Tenemos que agudizar la inteligencia que es nuestra salvadora. Luego pedir
perdón a nuestro cuerpo por el daño causado, él, en el subconsciente sabrá
agradecerlo y repararlo. La nueva situación de enfermero ha de ser aceptar y
adaptarnos a ella. No quiere decir renunciar, sino aceptar y acomodarte a lo
nuevo, es la única forma de salir del agujero mentar en que nos metemos.
Buscar una Divinidad a la que pedirle y orar porque ello repercutirá en
nuestra memoria positivamente y en nuestro entorno. Fundamentalmente consiste
en arrepentirnos de todo mal causado en nuestro pasado, pedir, perdón y dar
gracias por estar vivos, para quedar limpios
En definitiva: fuerza mental y adaptación, y todo cambiará a mejor a nuestro alrededor. Y no preocuparse por cosas que a lo mejor no pasarán en el futuro.
Firmado:
Un enfermo de larga duración
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