Alimentos para blindar el páncreas. Alcohol y tabaco cero

 

Alimentos para blindar el páncreas

Una alimentación rica en frutas y verduras, pobre en proteínas y grasas animales y con un aporte alto de vitamina D protege este órgano, cuya función es vita

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Aunque su función es imprescindible para la digestión y fundamental para la vida, el páncreas es un gran desconocido para la mayor parte de la población. Su función más popular es la de controlar el azúcar en sangre mediante la producción de la insulina, pero tiene otro cometido, menos conocido, pero vital: produce las enzimas que permiten digerir los alimentos y absorber los nutrientes.

Son como dos órganos en uno. «Si el páncreas no funciona bien no aprovechamos los nutrientes de la comida y esto produce déficits nutricionales, que son un factor de riesgo muy importante para el infarto, las fracturas óseas, las infecciones, y se asocia con un mayor riesgo de mortalidad», explica a ABC el doctor Enrique Domínguez-Muñoz, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico Universitario de Santiago y experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (Fead).

Más de 30.000 personas son diagnosticadas cada año en España de una enfermedad relacionada con el páncreas (unos 25.000 casos de pancreatitis aguda, 2.000 pacientes de pancreatitis crónica y 6.000 nuevos casos de cáncer de páncreas). En su mayoría, son patologías graves, con un tratamiento limitado y mortalidad elevada si el diagnóstico no es precoz.

Un órgano «oculto»

El problema es que la situación de este órgano en el cuerpo, oculto tras el estómago, provoca confusión en los pacientes, ya que cuando produce dolor, molesta en la boca del estómago y suele confundirse con problemas gástricos. «Cuando el paciente llega al médico ya está en fases con síntomas preocupantes y es tarde», advierte el doctor Domínguez-Muñoz, que destaca la importancia de conocer las señales de alarma: un dolor de estómago que bien va hacia la espalda o no responde al tratamiento habitual con protectores gástricos, alteraciones de la digestión, diarreas frecuentes, hinchazón abdominal o pérdida de peso involuntaria.

El difícil diagnóstico y el mal pronóstico de un páncreas enfermo cuando no se detecta a tiempo pone de relieve la importancia de la prevención. La dieta y el estilo de vida juegan un papel fundamental en el cuidado de este órgano que se «esconde» detrás del estómago. Hay dos tóxicos clave: el alcohol y el tabaco. «Con el alcohol sabemos que a mayor consumo mayor riesgo, pero eso no significa que una persona que bebe de forma moderada no tenga un riesgo. La sensibilidad del páncreas es muy variable de unas personas a otras», apunta el experto de la Fead. Y con el tabaco pasa lo mismo.«Nuestra recomendación es alcohol y tabaco, cero», aconseja.

En cuanto a la dieta, una alimentación rica en frutas y verduras, pobre en proteínas y grasas animales (carnes rojas) y con un aporte alto de vitamina D protege este órgano. También es importante huir del sedentarismo. «Una persona que lleve una vida sana, evite el sobrepeso y haga ejercicio físico regular reduce mucho el riesgo de sufrir un cáncer de páncreas», avisa el doctor.

Asimismo, advierte del déficit de vitamina D en la población española por «la moda de evitar los lácteos».«Son la fuente fundamental de vitamina D. No se puede vivir sin lácteos porque necesitamos ese aporte», asegura. Por ello, si se tiene realmente una intolerancia a la lactosa, recomienda comer yogures y quesos, donde el ácido láctico está fermentado. Y en caso de optar por leches desnatadas, deben estar suplementadas con esta vitamina. El experto de la Fead destaca también la importancia de incrementar la ingesta de antioxidantes en nuestra dieta. Los podemos encontrar, por ejemplo, en frutas y verduras, legumbres, aceite de oliva, frutos secos o el té verde. Este último, asegura el experto, «se lo recomendamos a todos los pacientes con problemas de páncreas».

Piel atópica: causas, síntomas y alimentos que pueden ser un remedio efectivo.

 

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Piel atópica: causas, síntomas y alimentos que pueden ser un remedio efectivo

Esta afección dermatológica es un trastorno crónico que se caracteriza por una piel seca irritable. ¿Cuáles son sus síntomas y cómo podemos mantenerlos a raya con la dieta?

placeholder Foto: El kiwi es uno de los alimentos más ricos en vitamina C. (iStock)
El kiwi es uno de los alimentos más ricos en vitamina C. (iStock)

Tal y como explica la American Academy of Allergy, Asthma & Immunology (AAAAI), la piel atópica es una afección común de la piel que comienza generalmente en la primera infancia y que puede estar asociada con una infección por bacterias, hongos, virus o cándidas. Esta se caracteriza por una piel seca, descamada e irritable que suele afectar a alrededor del 4% de la población adulta y entre el 10% y el 20% de los niños.

Dicha enfermedad crónica e inflamatoria suele centrarse principalmente en la cara, pero también puede aquejar al resto del cuerpo. ¿Cómo? A través de síntomas tan comunes como la aparición de escamas en la piel, ampollas, costras, grietas, zonas brillantes, enrojecimiento y, por supuesto, un picor muy intenso que llega a ser muy desagradable y perjudica la calidad de vida del paciente. Además, los afectados suelen sufrir a menudo problemas relacionados como el estrés, la falta de autoestima o el empeoramiento del descanso nocturno.

Sin embargo, estos no son síntomas exclusivos de la piel atópica: “El picor se da en muchas enfermedades de la piel. Lo mismo ocurre con las lesiones de enrojecimiento, inflamación y descamación, que aparecen en variadas enfermedades de la piel. La dermatitis atópica se diagnostica descartando otras enfermedades y por la coincidencia de síntomas típicos, y es muy importante valorar las zonas donde aparece”, explican desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) pues, como hemos visto anteriormente, lo más normal es que aparezca durante los primeros meses de edad. Bajo esta premisa, ¿cuáles son las causas de dicha sintomatología?

Posibles causas de la piel atópica

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Lo más habitual es que se relacione la piel atópica con algún tipo de alergia, de hecho, esta es la causa identificable más frecuente. No obstante, “aun más frecuente es que no se identifique ninguna causa, es decir, la dermatitis atópica más habitual es la dermatitis de causa desconocida”, añaden desde SEICAP. Por lo tanto, aunque no se sepa con certeza, las causas que suelen provocar esta afección en la piel son el clima, la contaminación, la genética, algunas infecciones, las alteraciones psicológicas o emocionales, las carencias nutricionales, el consumo de tabaco, la alergia a los ácaros, el polvo o el polen, el uso reiterado de tejidos que no transpiran o la sudoración excesiva.

Por otro lado, algunos expertos apuntan también al género, ya que las mujeres son más propensas a sufrir piel atópica; y a la edad de la madre en el momento del parto. Al parecer, cuanto mayor es la madre al dar a luz, más probabilidades existen de que el pequeño desarrolle esta afección. Viendo la dificultad para determinar unas causas claras, ¿cómo se diagnostica este problema?

Lo más normal es que no se identifique ninguna causa detrás de los síntomas de la piel atópica

No existen análisis ni pruebas que diagnostiquen la dermatitis atópica. Se diagnostica por los síntomas típicos: lesiones, localización y picor. Para hacer un diagnóstico riguroso se exigen una serie de condiciones o criterios referentes a la duración, los síntomas, los antecedentes personales o familiares, y hallazgos en la exploración del paciente. Algunas personas tienen algunos de los criterios pero no todos los exigidos para un diagnóstico riguroso. Por eso algunos médicos la diagnostican a pesar de no cumplir todos los criterios”, asegura la SEICAP desde su portal oficial. Esto provoca que se recurra a un diagnóstico diferencial, es decir, que se descarten otras enfermedades de la piel que puedan confundirse con ella.

Cómo hacer frente a la piel atópica

El tratamiento dedicado a la piel atópica suele centrarse en controlar el picor, eliminar las lesiones o evitar la aparición de los mismos a través de cremas hidratantes o que incluyen medicamentos inmunomoduladores o corticosteroides. En cuanto a la prevención, se suele recurrir a ella en casos más severos o cuando el individuo en cuestión no responde a la medicación. Aquí entran otros hábitos como evitar las temperaturas extremas, tanto de frío como de calor; el uso de tejidos naturales, darse baños diarios -no muy largos y a una temperatura agradable- para mantener la piel limpia y eliminar las costras, utilizar jabones suaves con pH ácido o neutro y, por supuesto, la dieta.

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Foto: iStock.

A no ser que exista alguna alergia alimentaria, las personas con piel atópica deben seguir una dieta sana y variada que reduzca la presencia de comidas demasiado calientes, picantes, con azúcares ocultos, muy saladas o condimentadas, con hidratos de carbono refinados o irritantes hepáticos, entre otros. Además, aunque no se trata de una alergia, se ha demostrado que algunos ingredientes favorecen su aparición como las frutas cítricas, el marisco, la leche, los huevos, el chocolate o la soja, entre otros.

En contraposición, también existen algunos nutrientes que alivian los síntomas de la piel atópica, sobre todo aquellos destinados a mejorar la salud de nuestra piel. En este grupo encontramos los ácidos grasos omega 3, que evitan la sequedad cutánea y reducen la inflamación, como el pescado azul, los aceites vegetales, las algas o las semillas. También podemos añadir alimentos ricos en vitaminas C y E, antioxidantes por excelencia, con efectos antihistamínicos y beneficiosos para la piel. El pimiento rojo, el brócoli, el kiwi, el aguacate o el aceite de oliva son algunos de ellos.

Por otro lado, el déficit de vitamina A agrava la piel seca, de ahí la importancia de mantener unos niveles adecuados. ¿Cómo? Incluyendo melón, sandía, espinacas, zanahorias, calabaza o albaricoques en nuestra dieta. Y por último, y no menos importante, la biotina es famosa por mejorar el aspecto de la piel y el cabello. Conocida también como vitamina B8, está presente en los cereales integrales, el tomate, las legumbres, el plátano o las manzanas.

Granada, una fruta depurativa y antienvejecimiento. Recomendable en caso de diarreas.

 

Granada, una fruta depurativa y antienvejecimiento

Ecología

Esta fruta típica de otoño tiene un gran poder antioxidante, es baja en calorías, y ayuda a controlar la presión arterial

Granadas

Granadas

Peggy Marco

La Granada es la fruta carnosa del granado. Un fruto con bayas globulares y con una corteza gruesa y resistente. Es originaria del sur de Asia, Persia y Afganistán. Era muy apreciada en las
zonas con climas áridos porqué su piel gruesa conservaba perfectamente su contenido. Fueron los árabes los que la introdujeron en España y desde aquí se exportó a Suramérica.

“Su sabor es refrescante gracias a que contiene una gran cantidad de agua (el 80 % de la granada es agua) contiene 1g de proteína en 100 gramos de parte comestible, y nada
de grasas ni colesterol. Es una fruta baja en calorías (100 gramos de parte comestible de granada nos aportan 59 Kcal), contiene menos azucares que la mayoría de futas, tiene propiedades astringentes y antiinflamatorias. Por todo eso la granada es un gran alimento en una dieta depurativa y adelgazante” comenta la nutricionista Marta Sanz.

A la granada se la conoce como una “súperfruta” gracias a la principal, y más conocida, de sus propiedades: su poder antioxidante. Esta propiedad contribuye a disminuir las enfermedades de envejecimiento celular o incluso algunas otras como el cáncer o las degenerativas como el alzhéimer, gracias al hecho que ayuda a combatir los radicales libres. Este poder antioxidante se lo confiere la vitamina C (20 mg por granada) y también a los carotenoides o provitamania A (40 mcg). “Los carotenoides actúan como fotoprotectores frente a los efectos nocivos de la radiación solar, el oxigeno y pigmentos fotosensibles” explica Sanz.

Existen evidencias científicas que han demostrado la eficacia del zumo de granada a la hora de disminuir la presión arterial, especialmente en pacientes con hipertensión. Este poder se lo confiere su contenido en potasio (247 mg) y también al ser bajo en sodio. El potasio también ayuda a mantener el equilibrio hidrosalino del organismo y por lo tanto hace que sea una fruta muy diurética que favorece la eliminación de agua y sales a través de los riñones.

La granada es una fruta con antioxidantes

La granada es una fruta con antioxidantes

Gtres

“La granada contiene taninos, aunque la mayoría se encuentra en la corteza y en las membranas blanquecinas, también encontramos en la pulpa. Los taninos son compuestos fenólicos que ejercen una acción astringente y antiinflamatoria en la mucosa intestinal, por lo que es muy recomendable en casos de diarrea. Los taninos son los causantes de la sensación áspera que nos da la fruta en el paladar y lengua.” nos advierte Sanz.

Y, aunque pueda parecer contradictorio, la granada es capaz de actuar también como laxante y combatir el estreñimiento por contener fibra.

Comprar, conservar y disfrutar de la granada

A pesar de que comienzan a verse granadas a mediados de septiembre, su mejor época es bien entrado el otoño y las podemos encontrar en buena calidad hasta finales de enero. En este momento sus granos se encuentran en perfecta maduración.

Cuando compremos granadas en el mercado es importante elegir ejemplares de buen tamaño y elevado peso, de color vivo y matices marrones. Se deben rechazar las frutas arrugadas y con la piel blanda, muy seca o decolorada.

Las granadas se conservan a temperatura ambiente durante varios días. Si no van a ser consumidas inmediatamente, se deben mantener en el frigorífico, donde se conservarán unas 3 semanas. Los granos separados se pueden congelar fácilmente.

La granada puede consumirse fresca pero muchas personas no la consumen así por la dificultad para extraer las semillas. El truco es cortarla por la mitad y golpear la parte de la cáscara con una cuchara. También podemos utilizarla para hacer zumos pero hay que tener cuidado para no presionar demasiado las semillas, ya que al romperse provocan un sabor desagradable.

Además, las granadas pueden ser un acompañamiento que nos aporte nutrientes y color a nuestros platos. Puede ir de la mano con un yogur o también ser un ingrediente más de una ensalada.