l Síndrome del Intestino Irritable (SII), también llamado colitis mucosa, colon espásico y colon irritable es según la Fundación Española del Aparato Digestivo un trastorno funcional digestivo que presenta hinchazón, dolor o molestias abdominales y alteraciones en el hábito deposicional que va desde estreñimiento, diarrea o ambos.
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Diagnóstico del colon irritable
Según la Asociación Española de Gastroenterología, el diagnóstico del síndrome del intestino irritable está unido de manera indispensable a la presencia de dolor o molestias abdominales, cambio en la frecuencia o consistencia de las deposiciones durante 3 o más días al mes y durante un mínimo de 3 meses, siendo los síntomas presentes en los últimos 6 meses antes del diagnóstico médico. En el SII hay tres subtipos, con más presencia de estreñimiento, más presencia de diarrea o con combinación y alternancia de diarrea y estreñimiento.
Hay algunos síntomas que a menudo se asocian al Síndrome del Intestino Irritable (SII) pero no resultan esenciales para establecer el diagnóstico, estos son: urgencia defecatoria, sensación de evacuación incompleta, moco o esfuerzo excesivo al defecar.
Un desequilibrio en la función bacteriana es decir una alteración de la microbiota intestinal puede que sea uno de los factores que inciden en la aparición del síndrome intestino irritable. Se ha relacionado con un aumento de la Escherichia coli y una disminución de bifidobacterias y lactobacillus.
Los probióticos (complemento alimenticio) al estar formados por microorganismo vivos pueden mejorar el síndrome intestino irritable mejorando la composición de la microbiota intestinal.
Dieta para el colon irritable
La alimentación de una persona que tiene colon irritable debe ser variada, equilibrada y poco restrictiva. Ahora bien, se deben tener en cuenta que hay ciertos productos que se asocian a más presencia de gases y distensión abdominal, así como a molestias abdominales. Los principales son:
- Alcohol
- Café
- Refrescos
- Chocolate
- Verduras crudas
- Verduras flatulentas como la col, coliflor, brócoli y las coles de Bruselas
- Cebolla
- Legumbres
- Lácteos
- Germen de trigo
- Alimentos grasos, especiados y picantes
Pero sin duda, es importante un asesoramiento individual mediante entrevista dietética ya que las intolerancias personales están muy presenten en personas con intestino irritable.
Alimentos recomendados para el SII
En la dieta se pueden incluir cereales como el arroz, maíz, el trigo sarraceno, el mijo, la quínoa blanca y la patata por ejemplo. También el huevo, la carne no procesada y el pescado. Lácteos sin lactosa y quesos curados, también bebidas vegetales almendras, avena, arroz…mejor enriquecidas en calcio. Y pequeñas guarniciones de determinadas hortalizas como endivias, acelgas, judías verdes, zanahoria, tomate, pimiento y determinadas frutas como el plátano, el melón cantaloupe, los arándanos o la mandarina. Pero las intolerancias individuales a ciertos alimentos marcaran la dieta a seguir y no todas las personas toleraran igual los mismos alimentos. Por ello, por ejemplo los frutos secos y las semillas son un grupo de alimentos a limitar y como en otros casos la cantidad marcará la diferencia entre tolerar o no el alimento. Por lo tanto, de nuevo, las recomendaciones individualizadas son claves para que la alimentación sea lo más adaptada posible a los síntomas de la persona.
¿Qué alimentos evitar?
Como para cualquier otra persona que no padezca de síndrome de intestino irritable se recomienda evitar todos aquellos alimentos ultraprocesados (bollería, carnes procesadas, charcutería, galletas, nuggets, snacks,….) ricos en azúcar, grasas trans y aditivos que van a dificultar y a empeorar el tránsito intestinal y la salud de la microbiota.
También se debe limitar la ingesta de fibra y potenciar más la fibra soluble, presente en algunas verduras, hortalizas y frutas que la fibra insoluble presente en cereales integrales, ya que ésta no se puede digerir y podrá dar lugar a las molestias típicas de este síndrome como hinchazón, gases, etc. Por lo tanto, se deben evitar los integrales.
Se recomienda evitar por su contribución al aumento de la permeabilidad intestinal, los alimentos ricos en hidratos de carbono que pueden fermentar en el intestino, estos son los siguientes en:
- Lactosa: presente de manera natural en los lácteos y en otros productos procesados como el jamón york o el pavo entre otros.
- Fructosa: presente en frutas como manzana, pera, mango, melocotones, nectarina, albaricoques, uvas, caqui, cereza, chirimoya, ciruelas, higos, dátiles.
- Fructanos: presentes principalmente en el trigo y centeno, en el ajo y así como en verduras como las alcachofas, el puerro, la cebolla, coles, berenjena y en la fibra inulina.
- Galactanos: presentes en soja, lentejas, alubias, garbanzos.
- Polioles: malitol, xilitol, isomaltosa, sorbitol, este ultimo presente en también en algunas frutas como pera, manzana, melocotón, albaricoques, ciruelas, uva y fruta desecada.
Por otro lado, también se recomienda evitar dulces y edulcorantes como almíbar, siropes, miel, agave, mermeladas, confituras…así como limitar el consumo de frutos secos, semillas y tubérculos como el boniato.
Hidratación
Se debe mantener una buena hidratación mediante una ingesta adecuada de agua, unos 2L al día. Es importante una buena hidratación en episodios de estreñimiento para facilitar el tránsito intestinal y evitar que las heces se endurezcan y más importante aún será hidratarse bien en episodios de diarrea.
¿Se debe eliminar la lactosa en una dieta para el Síndrome de intestino irritable?
La lactosa (presente de forma natural en los productos lácteos y como ingrediente en algunos productos procesados) pertenece al grupo de los fructooligosacáridos (fodmap) y por tanto es recomendable evitarla ya que es un carbohidrato que se absorbe mal en el intestino delgado y también puede favorecer la aparición de gases.
¿Debemos evitar el gluten en la dieta?
El hecho de evitar el gluten en la dieta de una persona con síndrome de colon irritable aún está en discusión. En personas con una disposición genética a tener intolerancia al gluten, es decir personas con el gen HLA-DQ2 y/o DQ8 positivo pueden beneficiarse de excluir el gluten de su dieta, aun sin padecer celiaquía pero en personas que siguen una dieta baja en fodmaps podría no añadir beneficio el hecho de comer sin gluten.
Aquí también es interesante destacar que en lugar de comer sin gluten, se pueden excluir los fructanos presentes principalmente en el trigo y por lo tanto además de los cereales sin gluten (arroz, maíz, quínoa, amaranto, trigo sarraceno…) se pueden incluir cereales con menos contenido en gluten y fructanos que el trigo, como la avena y la espelta.
Dieta FODMAP para el colon irritable
La dieta FODMAP fue creada por la Universidad de Monash (Australia) para adaptar la dieta a aquellas personas que padecen el síndrome intestino irritable y que éstas puedan controlar los síntomas más típicos de este síndrome (hinchazón, diarrea, dolor abdominal, gases…). En ella se recomienda excluir aquellos alimentos ricos en fructosa, polioles, lactosa y oligosacáridos (fructanos y galacto-oligosacaridos) durante unas 6 semanas para luego con la ayuda y las pautas de un profesional, empezar a reintroducir los alimentos observando si aparecen o no síntomas y así poder valorar la tolerancia individual a ciertos alimentos.
También hay que tener en cuenta que hay alimentos que se recomiendan evitar pero que algunas personas los van a poder tolerar en cantidad limitada. Es por ello, que el asesoramiento profesional es esencial para seguir una dieta baja en fodmaps lo más adaptada a casa caso en particular.
Un ejemplo de comidas siguiendo la dieta fodmap seria el siguiente:
Desayuno
- Leche de Almendras
- Copos de avena
Media mañana
- Pan de trigo sarraceno con aceite de oliva y queso fresco sin lactosa
- Mandarinas
Comida
- Fideos de Arroz con calabacín
- Pollo al horno.
- Yogur natural sin lactosa
Merienda
- Plátano
Cena
- Ensalada de endibias y zanahoria.
- Tortilla de Patatas.
- Yogur natural sin lactosa
Otros factores relacionados con el SII
El estrés se ha descrito como uno de los factores relacionados con el síndrome intestino irritable pero las evidencias no han demostrado que el estrés ni otros factores de carácter psicológico como puede ser la ansiedad o la depresión cause este síndrome. Sino que el SII favorece la presencia de estos factores i no al revés. El estrés si que puede acabar alterando la microbiota intestinal y la relación entre el sistema gastrointestinal y el cerebro se está investigando para saber que influencia tiene en el síndrome intestino irritable.
Tabaquismo y alcohol
Beber alcohol y fumar implica daño en la mucosa intestinal, variando y aumentado la permeabilidad de ésta y puede implicar también alteración de la repuesta inmunitaria de las paredes del intestino. Así pues, como en cualquier otra persona fumar implica un daño general a la salud pero también y específicamente perjudica el tracto gastrointestinal, pudiendo favorecer que los episodios característicos del síndrome intestino irritable sean más recurrentes.
Actividad física
La actividad física moderada y regular puede mejorar la distensión abdominal a la vez que aumenta la eliminación de los meteorismos y gases intestinales y ayuda a regular el tránsito intestinal a quién padece síndrome del intestino irritable con presencia de estreñimiento. También mejora la calidad de vida de las personas que padecen este síndrome ya que realizar ejercicio físico mejora factores que están asociados a este síndrome como puede ser el estrés, la fatiga, la ansiedad y la depresión.
En personas con presencia de diarrea, ésta podría aumentar en ejercicio físico de resistencia y de larga duración. Por lo tanto, cada persona deberá tener sus recomendaciones personalizadas de ejercicio físico por parte de un profesional pero al estar incluida dentro de un estilo de vida saludable, realizar actividad física también se recomienda a la personas con síndrome intestino irritable.
Conclusiones
Si tu médico digestivo te ha diagnosticado síndrome de intestino irritable, la dieta FODMAP puede ayudarte a aliviar y mejorar los síntomas. Un dietista-nutricionista te guiará para poder seguir con éxito esta dieta y poder realizar una buena reintroducción de los alimentos.