14 feb El hígado, un superalimento olvidado
No sé vosotros, pero yo recuerdo muy bien que en mi niñez (y no soy tan vieja) comer hígado una vez a la semana era una práctica habitual en todas las familias. Y si os digo la verdad, a mí nunca me gustó demasiado. Muchos años después descubrí el increíble potencial nutritivo de este alimento, y desde entonces me he aficionado a consumirlo y lo incorporo siempre que puedo a mis menús de la semana.
Entre su peculiar textura y la mala reputación que últimamente tienen las carnes rojas en general, ya casi nadie se acuerda de este órgano de aspecto intimidante y sangriento. Que si es el filtro del cuerpo y está lleno de toxinas, que si contiene demasiada vitamina A y colesterol. ¿Se equivocaban nuestras abuelas?
El hígado: un superalimento a la antigua usanza
Quizá convenga recordar que desde tiempo inmemorial el hígado se ha considerado un bocado selecto (solo hay uno por animal) al que se le han atribuido propiedades curativas, casi mágicas en algunas culturas. Y los depredadores salvajes conocen su valía, ya que es lo primero que consumen tras conseguir una presa. Pero mejor recurrir a los datos.
Gramo a gramo, el hígado contiene más nutrientes (vitaminas, minerales y otras sustancias) que ningún otro alimento. Lo creas o no, ¡contiene más vitamina C que la manzana!
Es la mejor fuente que existe de vitamina A, necesaria para el correcto funcionamiento de la vista, el sistema inmunitario y el desarrollo fetal, así como una de las mejores fuentes de vitaminas del grupo B (ácido fólico, vitamina B12, etc.) y de minerales como el hierro y el cromo en formas fáciles de asimilar para el organismo.
*Fuente: https://chriskresser.com/natures-most-potent-superfood/
Además de todo esto, el hígado también es una buena fuente de la coenzima Q10, beneficiosa para el sistema circulatorio.
La paradoja de la malnutrición en tiempos de abundancia
Paradójicamente, en el contexto de abundancia en el que vivimos, cada vez hay más personas con carencias nutricionales, al mismo tiempo que muchas de ellas sufren problemas de obesidad. Un claro desequilibrio entre la ingesta de calorías y la ingesta de nutrientes.
Según el presidente de la Sociedad Española de Nutrición, Luis Moreno, las carencias más habituales en nuestra sociedad son el calcio, el hierro, el potasio, la vitamina A, la vitamina D y el ácido fólico.
No tengo nada en contra de los vegetales. Muy al contrario, son imprescindibles en una dieta saludable por su aporte de flavonoides y polifenoles, que no se encuentran en cantidad suficiente en los alimentos de origen animal. Pero cuando hablamos de vitaminas y minerales, el hígado es una fuente de nutrientes muchísimo más concentrada. Veamos cómo se compara el contenido de diferentes nutrientes en 100 gramos de hígado con el de 100 gramos de manzana:
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