Las causas se dividen en extrínsecas, es decir,
ajenas a la propia prótesis y a su función e intrínsecas, es decir, las
relacionadas con la implantación, la alineación, la movilidad u otros
problemas de la propia prótesis.
A- Causas extrínsecas:
Incluyen la patología de la cadera o de la columna (estenosis del canal
lumbar, hernia discal, problemas degenerativos), el Síndrome de Dolor
Regional Complejo (SDRC), las complicaciones vasculares, las fracturas
periprotésicas, las osificaciones heterotópicas, las bursítis y
tendínitis periarticulares, enfermedades generales (Paget, artrítis
reumatoide) o locales (sinovítis villonodular pigmentada y otras
sinovítis crónicas), patología del tobillo y pie que condicione una
alteración de la marcha (ej, pie plano)…, entre otras.B- Causas intrínsecas: Las principales son la infección articular, la inestabilidad y el aflojamiento aséptico.
La artrofibrosis o la rigidez de la rodilla puede ser secundaria a una mala técnica quirúrgica, por desequilibrio de los espacios en flexión y extensión, por liberación inadecuada de los ligamentos colaterales, por sobredimensión de los componentes articulares o por mala alineación de los mismos, o puede ser idiopática, de causa desconocida. La mala posición de los componentes o el mal equilibrio de las partes blandas pueden facilitar el desgaste precoz del polietileno o la rotura del mismo.
Los problemas del aparato extensor son una causa frecuente de dolor. Estos incluyen la mala alineación rotuliana, la lesión del tendón rotuliano o cuadricipital, la fractura de la rótula, la rótula alta o baja por fibrosis o por mala técnica quirúrgica o los pinzamientos de partes blandas, como el llamado resalte patelar, que pueden asociarse al diseño de algunas prótesis o a mala liberación y equilibrado de las estructuras de la rodilla.
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