Trastornos obsesivos sin compulsiones

Trastornos obsesivos sin compulsiones

Ahora bien, tú planteas que solamente tienes obsesiones (rumiaciones), es decir, no existen ritos externos. El tratamiento de este tipo de trastornos presenta peculiaridades, algunas de las cuales se comentan a continuación:

* La exposición a estímulos temidos con prevención de respuesta es también efectiva. Por ejemplo, un paciente tenía un pensamiento obsesivo de que iba a clavar un cuchillo a su hijo. Era un pensamiento irracional, quería muchísimo a su hijo y sabía que no lo haría nunca; pero ese pensamiento venía a su cabeza sin poderlo evitar y esto le producía mucha ansiedad. En este tipo de casos el miedo suele ser a perder el control y que pudiese llegar a ocurrir, por supuesto se trata de un miedo sin sentido. El tratamiento consiste en mantener el pensamiento de forma repetitiva hasta que su presencia no produzca ansiedad. Se ha comprobado experimentalmente que la exposición continuada al estímulo temido, en este caso el pensamiento, reduce y elimina el miedo que produce. Eliminada la ansiedad el pensamiento desaparece.
* En el caso anterior la rumiación coincide con el estímulo que origina el miedo; pero no en todos los casos es así. Por ejemplo, un paciente en proceso de separación tenía un pensamiento obsesivo de querer volver con su mujer, cosa que no solamente no deseaba realmente, sino que además era imposible. En este caso el temor lo originaban las consecuencias sociales de la separación, pues vivía en un ambiente muy tradicional. Pensar que quería volver con su mujer era el rito, una forma de intentar paliar la ansiedad que le causaba el rechazo social que se avecinaba. El estímulo ante el que tenía que perder la ansiedad era este rechazo social. El tratamiento consistió en la exposición al estímulo temido, el rechazo de las personas allegadas y la prevención de respuesta: pensar que realmente no podía volver con su mujer. En consecuencia es fundamental determinar cual es el estímulo que origina el problema, a veces no es tan evidente como puede parecer. El pensamiento obsesivo puede ser fuente directa del problema o puede ser parte del rito.
* Un problema importante que tiene el paciente en el tratamiento de las obsesiones sin compulsiones asociadas es el control necesario para no realizar el rito durante la exposición, ya que se trata de un pensamiento y en cosecuencia es más difícil ayudarle de forma externa. Por ejemplo, si un paciente obsesivo compulsivo se ducha compulsivamente durante horas un familiar que le ayudase en la prevención de respuesta podría cortar el agua caliente a los 15 min. Sin embargo, es más difícil ayudar para que el paciente deje de pensar algo. Los intentos de no pensar en algo suelen estar destinados al fracaso más rotundo. Por ejemplo si dicen o te dices "No pienses en tus pies" tus extremidades se hacen inmediatamente presentes. En estos casos la intervención directa del terapeuta es esencial para conseguir el éxito.
* A veces existen compulsiones que no son explícitas. Un ejemplo, una paciente tenía el pensamiento obsesivo de que por su culpa había ocurrido un accidente de tráfico y había muerto una persona. Estaba diagnosticada como obsesiva sin compulsiones; pero analizando con detalle sus conductas se descubrió que durante la obsesión realizaba un pequeño rito elevando ligeramente los dedos del pie derecho. Dejar los dedos en su sitio suprimiendo ese pequeño rito ayudaba a la paciente a controlar sus pensamientos rituales durante la exposición.
* No siempre los pensamientos repetitivos y no productivos son obsesiones, también pueden enmarcarse en un proceso de preocupación patológica, que también está asociada a la ansiedad y tiene un abordaje similar al que se plantea aquí. Se puede consultar una reflexión sobre la preocupación patológica pulsando aquí.

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